Veremos qué le cuenta la presidenta Layhoon Chan en su viaje a Singapur, pero Peter Lim tiene que estar flipando con el trabajo que le está haciendo el que hasta hace unos días ejercía de delegado, que en el caso de Voro González no es ocuparse de las fichas y demás sino estar con los jugadores, hablar con ellos, conocer sus problemas y circunstancias. Esa habilidad para conectar con ellos, que el de l´Alcúdia ha desarrollado porque sabe que en cualquier momento le toca ponerse el chándal, es la clave que explica porqué el equipo ha cambiado tanto con la salida del italiano y eso no es tan difícil de entender. Otra cosa es lo que pueda estar pensando el propietario al ver el equipo funcionando con Voro al frente de su proyecto después de que Van Gaal y Scolari le dijeran que no además de la espantada de Prandelli, nada más ni nada menos. Como él mismo dice, ni tiene una varita mágica ni cree en los milagros, todo consiste en bajar al barro para conocer el terreno que pisas, es lo que va a tener que hacer también el propio Lim para entender qué es lo que está pasando en su Valencia y poner las soluciones. Tiene motivos para desconfiar de casi todo, aunque von Voro estará contento. Si le saca de este aprieto y encima sin gastar más que lo justo, ya lo puede invitar a una de sus cenas privadas de Singapur. Otros con muchísimos menos méritos ya han pasado por allí en estos dos años.

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