Ver a Pablo Laso tan rotundo en sala de prensa calificando de agresión de Pleiss el cruce de piernas con Ayón me da escalofríos. Lo vio por televisión, dijo. Lo cierto es que entre que acabó el partido, felicitó a sus chicos y compareció ante los medios apenas le daría para ver unas pocas jugadas. Una fue la de Pleiss y Ayón, qué casualidad, ¿y la de Randolph y Dubljevic?. Esa seguro que no pudo. ¿También sería agresión entonces?. No comentó nada. De haberlo hecho hubiera incumplido sus principios de presionar y llevar al límite a los árbitros. Sobre todo cuando ve que puede perder. Y lo malo es que, pese a la técnica, nadie es capaz de frenar sus ´shows´.

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