Más allá del dinero -por desgracia, principal leitmotiv de nuestros días-, Peter Lim parece un hombre inteligente. Uno debe de serlo cuando todo un país, respetable y serio como es Singapur, lo venera tanto por su crecimiento desde una cuna humilde y pescadora como por el compromiso demostrado con causas solidarias: Financiación de becas para jóvenes deportistas, para estudios por la paz o la construcción de hospitales. Listo, muy listo, ha sido el asiático durante el pasado proceso de venta de la entidad. Aparte de presentar una oferta sin parangón al lado de las chistosas propuestas árabe y rusa, o de aquel fondo rapiña americano, en la distancia Lim supo ganarse el favor del valencianismo de la mano de Amadeo Salvo; y gracias a la inestimable colaboración de un grupo opositor tan inepto como servil a un orden político con fecha de caducidad. Inteligente, también, ha sido Don Peter al dejar como cabeza visible del Valencia CF al presidente (ejecutivo) que ha despertado a una afición que estaba adormilada, anestesiada tras cuatro años de un llorentismo somnífero.

Por muchas monedas que uno tenga en los bolsillos, no hay nada más recomendable que empezar a pisar terrenos desconocidos en compañía de lugareños. Así es como hasta ahora lo ha hecho el ya máximo accionista del VCF. Gracias a esto, por ejemplo, Don Peter pudo la semana pasada darse el gusto de viajar hasta Lisboa y, junto a Jorge Mendes, ejecutar lo que decidió horas después de reunirse el 1 de diciembre con el presidente ejecutivo, el entrenador y el mánager general. El fichaje de Enzo Pérez.

La imagen de un propietario con su agente de confianza no es algo nuevo en el mundo del fútbol, pese a la proliferación de visionarios exprés que sufren de amnesia para recordar nombres de representantes que en el pasado plagaron con futbolistas de su cartera la Ciudad Deportiva y Mestalla. Por ejemplo, Jesús Martínez, los Toldrá, Paco Casal o García Quilón. La fotografía de Lisboa no gusta, aunque pueda ser irreal trasmite la sensación de dos Valencias. Esa confusión sobra, pero de ahí a aventurar toda una política de fichajes por una instantánea saliendo de un restaurante me resulta exagerado. Sobre todo, porque un tipo inteligente tiende a seguir siéndolo y, como dijo Mario Kempes en SUPER, «se guía por los que saben», por los técnicos que trabajan «en beneficio» de la entidad. «Lim tiene muchísimo dinero y puede hacerle mucho bien al Valencia, siempre y cuando se guíe por las personas que saben en la compra de jugadores importantes para beneficio del club». Palabra de Matador, palabra de Dios para el valencianismo. Seguramente, Don Peter escuchará al sherpa Don Mario y después de llevarse una o dos valiosas piezas más del Benfica ampliará las miras a otros pujantes mercados, como debe hacer un club que desea mandar en Europa. Lim es listo. Y ya se dejó guiar en verano con Otamendi, Mustafi, De Paul u Orban... y mal, lo que se dice mal, no le ha salido.