Como el valencianista de a pie no sabe muy bien a quién debe hacer sus peticiones -si a Peter Lim, Layhoon, Gary Neville o al ausente Alexanko-, hace unos días me tomé la licencia de pedir a los Reyes Magos un paquetito de fichajes para el Valencia CF. Una carta de deseos que uno preferiría no tener que nombrar...Empecé la tarde del domingo decidido a escribir estas líneas sobre un ilusionante renacer en Anoeta. Incluso, mientras por la mañana corría la 10K, me vino a modo de flash aquel gol de Mendieta en diciembre de 1997 en el estadio de la Real Sociedad. El partido acabó con empate a un gol, pero el vasco de la melena rubia salvó el cuello de Ranieri y puso en órbita al Valencia hacia los éxitos que comenzaron a fructificar con la modesta Intertoto el siguiente verano y, sobre todo, con la Copa del 99 y la pegadiza canción del ´probe Miguel´. Ayer nada fue igual. Ni se le pareció. Ni rastro de la reacción real, ni confirmación de las mejoras ni tampoco la primera victoria de los Neville brothers en la Liga. Más bien, la palabra involución merodea peligrosamente por nuestras cabeza, mientras esperamos al Mendieta o al Piojo de turno que conduzcan al Valencia a competir por lo que queda en esta pobre temporada, la Liga Europa y la Copa.

Uno se resiste aún a bajarse del barco de Neville. La afición, hastiada de la inútil prepotencia del anterior, sigue ansiosa de argumentos que le permitan creer, de verdad, que esto puede acabar por el mes de mayo con algo que celebrar. En el vestuario convencen las maneras del nuevo técnico. El inglés protege hasta el extremo a una plantilla sobrada de juventud y planificada en verano por Jorge Mendes y su lacayo en el banquillo bajo criterios no deportivos -claro, con el permiso de Lim-. Hace semanas que llegó la hora de los futbolistas y los chicos no acaban de responder a su entrenador. Si todo sigue así, harán que el pobre Gary pueda terminar haciendo el ridículo con su discurso protector de ´Fichajes No´. Frente a la Real se vio ese equipo sin atacantes de banda desde la lesión de Feghouli, más allá de un lateral como Cancelo que lo hace mejor arriba que todos los demás. Sin agresividad en defensa. Sin un organizador que mejore a Parejo -y no debe ser tan difícil- o al menos le ayude. Sin un solo jugador más del rango de André Gomes. Y sin un goleador determinante. «Un fichaje no lo resuelve todo» dice Neville... Estoy de acuerdo. No hace falta uno, sino tres o cuatro para intentar arreglar aquel suicidio veraniego que tiene al Valencia entre la mediocridad de la Liga.

Más opiniones de Pascual Calabuig, aquí