La imagen que dejó el Valencia CF frente al Rayo Vallecano es la última vergüenza liguera de una plantilla de jugadores que es todo menos un EQUIPO de fútbol. Después de una derrota así parecería lógico el ensañamiento con unos futbolistas que durante 45 minutos entregaron un feudo sagrado, como es Mestalla, a la tropa enemiga del valiente Paco Jémez -un Rayo que, con 45 goles en contra, se halla merecidamente en puestos de descenso-. Sin embargo, poniéndole algo de perspectiva al asunto, no sería del todo justo cargar toda la tinta contra los jugadores. Semanas atrás, creyendo con fervor en la varita mágica de los Neville, me prometí no volver a nombrar al anterior técnico, a NES. Pero, entre el desesperado sopor del partido, una mirada a la portada del Levante-EMV me cambió el chip. Lo siento. "Se necesitan tres años para regenerar la plantilla", dice Jesús García Pitarch. ¡¿Cómo?! Demasiado tiempo me parece para que podamos resistirlo. Por el bien de todos los valencianistas tiene que ser mucho más fácil. Sobre todo, para un director deportivo que sabe bien de qué va esto… Si el dúo Mendes-NES logró todo lo contrario -destrozar un EQUIPO competitivo y volar por los aires una estructura funcional- en sólo… ¡dos meses! Los lumbreras que por agosto calificaban la crítica razonable al entrenador y a su agente de campaña orquestada Pro-Salvo ahora deberían estar avergonzados de su feliz ignorancia. Y también aquellos que se pusieron en pompa por un puñado de páginas, haciendo campaña de verdad y permitiendo a NES decir que otros habíamos creado «un monstruo» de su persona; cuando todos sabían perfectamente que la película de terror que estamos viviendo desde entonces la crearon Mendes&NES con Peter Lim como productor. La rodaron vendiendo a Otamendi, trayendo a un sustituto que prefería irse a la Premier y que no se adaptó, renovando sin mesura a unos cuantos jugadores que no hubieran imaginado ni en sueños tanto premio, olvidándose de Feghouli, olvidándose de atar a Mustafi, permitiendo que los titulares del año pasado se relajen con fichajes que no han aumentado las competencias y obligando a fichar en enero. Los valencianistas saben lo mal que se ha hecho todo desde el verano y sufren viendo como su equipo se ha empequeñecido. La tristeza con la que el penúltimo de la Liga se marchó de Mestalla, pese a llevarse un empate, lo dice todo. Nos han perdido el respeto.

Lea más opiniones de Pascu Calabuig, aquí