Nadie se quiere perder esta final, ni la alcaldesa de Valencia, de ahí la necesidad de contratar un avión con 350 plazas, la mayoría cubiertas. Los jugadores ocuparon las primeras, a diferencia de los viajes habituales en la liga, y después el resto de la expedición entre los que se encontraban Javier Subirats y Fernando Gómez, dos ex directores deportivos. En el avión también estaba Braulio Vázquez, que llegó al club de la mano de Fernando, pero no se produjo el saludo. Manuel Llorente tomó en su día la decisión de «amortizar» el cargo de Fernando y colocar a Braulio como cabeza visible. ¿Se cruzarían? Lo recomendable cuando dos personas no quieren es evitarse… y eso es lo que pasó. Tampoco hubo choque de manos entre el presidente y Fernando Gómez, ganas había más bien pocas.

Unai ha preparado este partido con la conciencia de una final. Y este fue uno de los motivos que llevaron a la plantilla del Valencia a hospedarse en un hotel sin miradas ajenas, quieren tranquilidad y ni los miembros del Consejo (faltó únicamente José Antonio García Moreno) están con ellos ni hicieron noche en el mismo hotel. Hay que estar plenamente centrados, sin despistes, porque en Londres sólo vale clasificarse. También se desplazaron muchas parejas de los jugadores y más familiares, que aprovecharon la tarde para ir de compras antes del último entrenamiento.

Sólo faltó Angulo, con el ´10´ a la espalda. Subirats lo lució varios años, después se lo cedió a Fernando, hasta que lo relevó Angulo. Tras el asturiano fue Mata el que lo lució una temporada, en el curso actual es Banega quien lo lleva, que también viajó. Todos estarán hoy en Stamford Bridge, unos en el césped y otros en la grada.

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