Quienes conocen bien a Antonio Miralles Nagrada, ´Canana´ dentro del trinquet, destacan de él su condición de buena persona y su alegría. De otro modo, no hubiera podido progresar en la pilota valenciana, en la que ha hecho de todo. Gestionó trinquets durante décadas, los de Benidorm y Pedreguer principalmente, pero también Canals, Benissa o Sagunt. Esta trayectoria le ha proporcionado mucho afecto por parte de la familia de la pilota, y ahora que se ha retirado por problemas de salud recibirá homenaje. Será el sábado en Pedreguer con dos partidas de lujo.

En la primera, Miguel y Javi se medirán a León, Santi y Carlos. Para la segunda se anuncia a Genovés II y Félix contra Puchol II y Jesús. Canana, ahora con la salud delicada, se acercará hasta el que fue uno de los recintos que en su día levantó y gestionó con autoridad, pero también con mano izquierda, y siempre con su habitual sonrisa en los labios.

"Tiene esa picardía, esa gracia, que hace que la gente esté cómoda, que se meta en la partida y apueste", explica José Luis López, presidente de honor de la Federació de Pilota Valenciana y mecenas de este deporte, además de amigo del homenajeado. Canana cantaba la partida, gritaba la postura, hablaba con los postors, y los dejaba embelesados. Y a partir de ahí, va de bo. La tarde estaba en marcha, el engranaje empezaba a funcionar. "Él sabía mejor que nadie cómo llevarlo", resume López.

"Era nuestro jefe, pero acabó siendo mucho más que eso. A pesar de la diferencia de edad, era uno más de nosotros, de los pilotaris. Es un amigo", dice Tato, a quien dio la alternativa en el trinquet de Benidorm, algo por lo que el expilotari de Altea, más tarde tres veces campeón del Circuit Professional, siempre le estará agradecido.

"Me llamó un día, necesitaba un mitger para un domingo en Benidorm. Yo tenía 19 años y no había ni jugado en juveniles, pero me llamó y fui. Y a partir de ahí, todo lo demás. Hemos tenido muchas broncas, pero era porque nos apreciábamos, porque tenemos una amistad muy profunda", explica el mitger.

Canana fue, además, un gran olfateador del talento para la pilota. Su gran descubrimiento fue Paco Cabanes Genovés, pero el mítico no ha sido el único que creció a su amparo. Como en el caso de Tato, también dio oportunidades a muchos jóvenes, como León, que cuando se pasó del raspall a la escala i corda, gozó de la confianza casi incondicional del trinqueter. "Me decía que no le pegase tan fuerte, que tenía que templarla, buscar cosas", recuerda el escaleter de Genovés. "Es un hombre muy divertido, amigo de sus amigos, y es quien más me ayudó para ser profesional", recuerda León.