Matinal del domingo 9 de julio de 1995 en el trinquet de Sagunt, que está lleno a reventar. El Genovés, con cuarenta años y en el ocaso de su carrera, se enfrentaba a un joven de Faura, Álvaro, de solamente veinte años, que acababa de irrumpir en la élite de la escala i corda, en la que años después también alcanzaría la condición de leyenda. Era la final del Individual, la partida más emblemática y probablemente la última como profesional del mito, que ya había cedido el testigo a su amigo y delfín, Sarasol I, ganador de las tres últimas ediciones, precisamente ante su mentor.

Álvaro, con 55-45 a su favor, acaricia el título. La remontada se antoja imposible ya que El Genovés está exhausto y su rival, aunque fatigado, cuenta con reservas para aguantar. Pero El Genovés iguala a 55 para delirio de los presentes: ¡Paco, Paco Paco!, exclamaba la grada. Mientras, Canal 9 registraba unos picos de audiencia extraordinarios.

Es el último juego. Al llegar al dau, Paco no puede reprimir las lágrimas ante la entrega del respetable, que ha dictado sentencia a su favor. Hay alternativas para los dos bandos hasta que Paco se pone por delante val-30. Uno de los ´jutges´, Manolo Soro, pide silencio, que al momento es sepulcral.

Se acabó; Paco insiste en la derecha del de Faura, vuelve a ´dibujar´ el remate y se proclama vencedor. Es el delirio general. Ahora sí, El Genovés se puede retirar como había soñado, vistiendo de rojo, el color reservado para los campeones.

No había sido la mejor final. Pero sí la más emotiva, la más mágica de las disputadas. Años después ninguna la ha superado aunque han habido varias que han ofrecido más espectáculo en lo estrictamente deportivo. Y en ese mismo momento se convirtió en ´la partida del segle, una partida de llegenda´.

Veinte años y un día

Veinte años y un día después, esta noche (23:00 horas), El Genovés y Álvaro, ambos retirados, volverán a vestirse de blanco para reeditar la final. Serán solamente tres juegos y en un escenario que nada tiene que ver con el imponente trinquet de Sagunt: el minitrinquet de Massamagrell. Tras la disputa de los tres parciales Paco se retirará y entrará en escena su hijo, Genovés II, para completar la velada frente a su rival histórico, también amigo, Álvaro.

Será una noche para la nostalgia. Pero sobretodo será una cita solidaria. Porque el Club de pilota de Massamagrell, organizador del evento, destinará la recaudación a la Asociación Síndrome Treacher Collins. También hay habilitada una fila cero para los que quieran colaborar desde la distancia: ES2231590027482415266226.

Se volcaron al conocer la causa solidaria

Pese a que la conmemoración del vigésimo aniversario de la final de 1995 era excusa suficiente para ´obligar´ al Genovés y a Álvaro a volver a jugar, probablemente no se habría dado el caso de no haber un trasfondo solidario. «Desde que me he retirado no he vuelto a jugar a pilota. Soy tan exigente conmigo mismo que no me veo capacitado para hacerlo. Pero cuando me informaron que la recaudación sería destinada a luchar contra una enfermedad rara, que además padece la nieta de Paco, al instante consideré que era una obligación participar en el evento», explica Álvaro.

El caso del Genovés es distinto. Paco siempre ha estado dispuesto a volver a vestir de blanco, independientemente de la causa. Pero los años no pasan en balde y a sus sesenta primaveras cada vez se le hace más pesado arreglarse las manos. De hecho ya hacía tiempo que no se prodigaba en un trinquet como pilotari, aunque para la ocasión no ha tenido duda alguna. «Me han dado las gracias por participar cuando en realidad soy yo el que está agradecido», dice el mito.