Negros nubarrones se ciernen sobre la catedral de la pilota valenciana, el trinquet Pelayo, ya que el empresario y mecenas del deporte autóctono, José Luís López, ha decidido retirarse de la negociación por la adquisición del recinto.

El viernes, López expresaba en este mismo diario su cansancio ante un tira y afloja que se prolonga por espacio de cuatro meses y anunciaba que el jueves había realizado al propietario su última oferta: un alquiler de cinco años a razón de unos tres mil euros mensuales y una opción de compra ejecutable en este periodo por importe de 600.000 euros más el IPC. Además, lo abonado por el arrendamiento no se descontaría del precio final, como suele ser habitual cuando se fija una opción de compra.

El mismo jueves, Jaime Amorós contestó a López con una nueva negativa e instaba a éste a centrar la negociación únicamente en el alquiler. Y esta ha sido la gota que ha colmado el vaso ya que López esperaba una contraoferta, una cifra, evidentemente mayor, que hubiese aceptado «si la subida no fuera escandalosa».

José Luís López no está dispuesto solamente a alquilar ya que su idea es comprar para que las instituciones, cuando puedan, se conviertan en propietarias del trinquet. "Entiendo que ahora hay otras necesidades más prioritarias y por eso no me importaría adelantar ese dinero y después volverlo a vender, naturalmente por el mismo precio. Pelayo es una joya de los valencianos que no podemos dejar perder", señalaba. Además, López se haría cargo de los costes de una importante remodelación y abonaría otros 112.000 euros en concepto de traspaso de la licencia de actividad, propiedad de los hermanos Arturo y Vicente Tuzón, hijos del que fuera presidente del Valencia CF.

¿Ahora qué?

Con la retirada de López la incertidumbre se apodera de Pelayo. Superdeporte ha intentado contactar con Jaime Amorós, residente en Santander, para saber si estaría dispuesto a fijar una cantidad para retomar la negociación. Pero no atiende al teléfono. En su día manifestó que una referencia serían los 672.000 euros de una tasación de 2009. Pero según López, "nunca ha puesto una cifra sobre la mesa y lo normal en una transacción es que el vencedor fije un precio".

Con el repliegue de López, Arturo Tuzón vuelve a entrar en escena, muy a su pesar. Su intención era cesar en sus funciones de trinqueter aunque tiene contrato con Amorós hasta diciembre del 2016. Y si da de baja la licencia de actividad, ésta sería prácticamente imposible de recuperar por la nueva normativa y se quedaría sin el importante ´pellizco´ del traspaso.

Si Tuzón retomara la actividad, Pelayo cogería aire durante un tiempo. En caso contrario, el cierre definitivo se antoja seguro.