Hubo un momento en el verano pasado en el que Soro III dudó de todo. Se quebró tanto su confianza que se planteó incluso dejarlo. Los malos resultados son más amargos con las gradas medio vacías y las nóminas más que ajustadas. Pero llegaron las victorias, las buenas sensaciones, y Quico se volvió a ilusionar. De ahí al cuarto título individual han pasado sólo un par de meses. Así es el deporte profesional. Aunque el mundo de la vaqueta es algo más que eso, y así quedó demostrado ayer, en Pelayo.

Desde las siete de la mañana había espectadores haciendo cola para entrar al trinquet, renovado, con un profundo lavado de cara. La estampa con las gradas llenas y el blanco inmaculado de las paredes y el techo era para enmarcar. Y en ese escenario, ante la partida más importante de su vida, saltó Puchol II sin complejos, a ganar desde el primer quince. Primero se adelantó dos juegos (30-20), y supo mantener la distancia hasta el punto de inflexión: 50-35 y val-15 a su favor. El relevo parecía preparado. Los Pucholfans se frotaban las manos, y los miembros del Club de Pilota de Massamagrell se apagaban. Entonces, Soro III miró a Pedrito, su feridor, que le ordenó que siguiera. Fue el mismo mensaje que le dio su tío Batiste, expilotari y marxador, y uno de los que le ha dado los mejores consejos de su carrera. «Continua, Quico, continua».

Y Quico continuó. Empezó a disfrutar del ambiente. Se puso al público en el bolsillo. Apretó las manos, cabeceó, jaleó a la grada. Y remontó. De la derrota a parecer imposible que perdiese, con Puchol II noqueado, bloqueado por el vértigo de asomarse al precipicio de la gloria. Dos horas largas de partida y 60-50 para el campeón, que lo será un año más, y ya van cuatro seguidos. Sólo Genovés y Álvaro pueden presumir de lo mismo.

De esta final queda una rivalidad que promete grandes emociones en el futuro. Porque si de Pelayo salió ayer un Soro III confirmado en la cumbre, también surge un Puchol II consagrado como gran manomanista. A cada restada de Soro, había una respuesta de su rival de Vinalesa aún mejor. Decidió el temple, que no es ni más ni menos que saber sacar las manos en los momentos clave. Y en eso, Soro III es todavía insuperable.

Soro III: "Para mí ha sido la final más complicada"

«Puchol II no es el futuro de la pilota, es el presente». Así quiso halagar Soro III a su rival minutos después de levantar su cuarto individual. «No se merecía perder, ha hecho una gran partida», añadió con nobleza el de Massamagrell.

En cuanto a su actuación, Soro III resaltó que la de ayer fue «la final más complicada» de cuantas ha jugado, «muy dura», insistió. El campeón vio también clave el 50-35 y val-15 a su favor. «Ahí creo que Puchol II se equivoca con un par de pelotazos, remonto el juego y vengo al resto. Empiezo a disfrutar del ambiente, del trinquet y la pilota». Entonces empezó su victoria.

Puchol II: "La derrota tiene que servirme para aprender"

Puchol II trataba de sacar conclusiones positivas de la derrota, que las hay. «Por un lado me voy satisfecho con mi actuación, pero por otro sé que lo he tenido cerca, y me he quedado a las puertas. He pagado la novatada, y es una sensación muy fea, pero la derrota tiene que servirme para aprender de cara al futuro», valoraba el pilotari.

El de Vinalesa vio clave el 50-35, aunque también señala «otros pelotazos clave, muchos de ellos, con val, que me cuestan la partida». Lejos de tratarse de algo físico, Puchol II lo achacó a la falta de concentración.