Está a punto de cumplirse el primer mes de la nueva etapa del trinquet Pelayo y pese al reducido espacio de tiempo ya se pueden apreciar cambios significativos en la considerada ´catedral´ de la pilota.

Para que nadie se lleve una decepción si aún no lo ha visto tras su reapertura, su aspecto no ha variado sustancialmente. La premura por devolverle la actividad ha obligado a posponer la remodelación que el empresario valenciano y salvador del recinto, José Luís López, valora en alrededor de 150.000 euros. Será una aportación personal, sin retorno, obra que se acometerá durante las vacaciones de verano. Para empezar, López ha pintado, pulido el piso, mejorado la iluminación y la megafonía.

Donde se ha apreciado el cambio es en la oferta semanal, la afluencia de aficionados y el uso del trinquet.

Las partidas de profesionales mantienen sus días habituales. Los jueves tienen cabida las figuras y los jóvenes aspirantes mientras que el sábado se reserva para la élite.

La del sábado ha vuelto a ser la mejor confrontación de la semana, trofeos aparte. Es la partida que todos los pilotaris quieren jugar, rememorando aquellas que incluso merecieron un espacio propio en la prensa, más que crónicas, literatura, primero con Llorenç Millo y después con Josep Lluis Bausset.

Además del cartel está la manera de funcionar. Antes, la tarde era más o menos ágil dependiendo de las apuestas. Ahora se empieza con puntualidad británica y no se para por buscar la ´cabotà´. De hecho, José Luís López ha prohibido las propinas a los pilotaris para que estén centrados en jugar y no en encontrar miradas de complicidad. En compensación, los jugadores se reparten un veinte por ciento de la recaudación obtenida en la taquilla.

El público está respondiendo a este esfuerzo animando especialmente las gradas. Y eso que incluso ha habido que rivalizar con eventos de máximo interés que de verdad lo tienen o que necesariamente hay que verlos ya que se han publicitado hasta la saciedad, caso del pasado Real Madrid - Barça.

A esto hay que añadir la mano de las instituciones. El trinquet será público como muy tarde en cuatro años pero el consorcio formado por el Ayuntamiento, la Generalitat y la Diputació se está moviendo para abrir Pelayo a los turistas. Y los primeros curiosos ya se han dejado caer y han salido encantados a la vez que asombrados.

En cuanto al mayor uso del trinquet, López lo ha cedido a la Federació para promover el ámbito aficionado. De hecho, el pasado sábado día 7 se disputaron las finales de los campeonatos individuales femeninos de raspall en las categorías sub18 y sub 23.

El colectivo fallero, las escuelas municipales y los clubes tambien lo tienen a su disposición.