Tommy Robredo, el único español que se mantiene en Roland Garros, ha cambiado totalmente sus esquemas y de ser aquel traductor que en el año 2000 ayudaba a su compañero de dobles junior, Marc López, con quien ganó el título, a contestar a los medios franceses, luchará mañana con el argentino Juan Martín del Potro para alcanzar las semifinales individuales por primera vez.

"Recuerdo que aquel año nos preguntaban cosas en francés, y él no quería contestar, y yo se las tenía que traducir", dijo hoy Robredo sobre López, en el día previo a su duelo contra Del Potro, el más joven de los cuartofinalistas, con 20 años, con quien se ha enfrentado en una ocasión, en Madrid en 2007 en pista dura y con quien perdió por 6-7 (4), 6-4 y 6-3.

El jugador de Hostalric se preparó para este partido jugando hoy con López la ronda de cuartos de dobles, pero cayeron contra los hermanos estadounidenses Mike y Bob Bryan, 7-6 (1), 4-6 y 7-6 (2).

"Se han escapado por muy poco pero eso pasa con partidos tan justos, y se ha ido de cara de los Bryan", dijo Tommy

"Pero no me ha venido mal. Al principio, notaba unas molestias en la pierna pero a medida que he ido jugando han desaparecido. Me ha servido para soltarme y rodarme para mañana. Espero que no me afecten las dos horas de juego, tengo tiempo para recuperar", añadió.

En su cuarta aparición en los cuartos de París, Robredo sabe que tiene ahora enfrente a un jugador estable y curtido ya. "Lleva un año y medio muy sólido, a un nivel muy alto. Saca y le pega de derecha y revés muy bien. Quizás lo que le cuesta mucho es moverse.

Pero me he planteado un partido a muerte, a dejarme todo lo que tengo para intentar mi objetivo que es estar en semifinales", apuntó hoy el español, que no se atrevió a definir quién de los dos es más fuerte mentalmente.

"Es difícil comparar cosas así. Sé que el partido será duro y que puede caer de cualquier lado", dijo el español que no obstante confía en su mayor experiencia, aunque "Delpo", ha estado en dos cuartos del Grand Slam ya, en el Abierto de EE.UU. en 2008 y en el Abierto de Australia este año. "Ya he estado en esta situación, aunque nunca la he superado y esto ayuda a saber lo que ha pasado las otras veces que no lo he podido lograr. Hay más experiencia y más ganas, porque cuando a una persona se le resiste algo tiene más empeño en lograr que surja", dijo.

"La primera vez estás contento y si se escapa no pasa nada. La segunda son otras cosas y esta vez, después de que se hayan escapado tres, tengo muchísimas ganas de intentar ganar y voy a salir a por todas", añadió.

"Vengo de una buena temporada y se me plantea mañana una oportunidad muy bonita que no quiero dejar escapar, por eso saldré a muerte", dijo Robredo que este año ha sido semifinalista en Viña del Mar (Chile), y campeón en Costa do Saupie (Brasil) y Buenos Aires, además de hacer cuartos en México y Barcelona, todos ellos sobre tierra.

Robredo está animado y feliz, porque su compañero Marc López le proporciona esa situación "con sus constantes bromas", y eso le ayuda, pero tiene claro que ser el último de los españoles no es una presión. "No lo miro como que estoy aquí para levantar el país", dijo, "hay siete jugadores más que están en mi situación".

Para Robredo disputar ese partido en la pista Suzanne Lenglen, más lenta que la central es algo que le parece bien. "Aquella pista me gusta mucho, no tengo inconveniente en jugar ahí", aseguró.

Del Potro no habló hoy con la prensa, siguiendo su tradicional rutina, pero su entrenador Franco Davin, con quien se entrenó en pista durante una hora, fue muy claro sobre la situación de su pupilo.

"Antes de llegar aquí hubiera firmado unos cuartos de final contra Robredo, pero ahora hay que sufrir. No es un partido que se gane, ni con el ránking ni con la camiseta", dijo Davin. "Robredo tiene mucha experiencia, es muy aguerrido y "Delpo" tendrá que jugar de siete puntos para arriba", señaló.