Tiger Woods ha ganado los dos últimos torneos del calendario -suma cinco este año-, es inamovible como monarca mundial y lidera ganancias y FedExcup, pero ha fracasado en el Grand Slam 2009, por lo que en este apartado se aferra al cuarto y último de la serie, el US PGA, que este jueves empieza en el Club Hazeltine National, en Chaska (Minnesota).

El último título de Grand Slam de golf que ganó Tiger Woods, el Open USA de junio de 2008, lo conquistó con una heroica cojera, que le condujo al quirófano y a 8 meses de obligado parón.

Desde entonces, el número uno mundial no ha pescado otro "Salmón", en un largo paréntesis de cinco 'Grandes' y 14 meses, el segundo más prolongado tras la sequía que atravesó entre 2003 y 2004, en pleno cambios y ajustes en el "swing".

Ante su actual óptimo estado de forma -ha ganado holgadamente Buick y Bridgestone- las apuestas señalan a Tiger como el favorito indiscutible para vencer en el US PGA. Ha llegado, pues, el turno para el 'Tiger Slam'.

Tiger acumula 14 títulos de Grand Slam y no descansará hasta superar los 18 de Jack Nicklaus. El número uno del mundo no está acostumbrado a atravesar un periodo tan prolongado sin ganar uno de estos prestigiosos torneos. En Hazeltine pocos piensan que Tiger no logrará su decimoquinto.

Para los que opinan lo contrario, es decir, que Tiger no ganará el US PGA y acabará el año en blanco en cuanto a torneos de Grand Slam se refiere, se ha abierto una vía llena de conjeturas y esperanza para ocho magníficos golfistas que, no se sabe cómo, siguen sin saber lo que es levantar uno de estos trofeos que otorga el doctorado en este deporte.

Entre ellos figura Sergio García, que afronta su último 'Grande' antes de cumplir los 30 años (enero de 2010). La eterna esperanza del golf español, sexto del mundo, compartirá ese 'título honorífico' con Paul Casey (duda por lesión), Anthony Kim, Lee Westwood, el veterano Kenny Perry, el sueco Stenson, Steve Stricker e, incluso, el escocés Colin Montgomerie.

Sin embargo, Tiger Woods está imparable en el tramo final de temporada. Las dos victorias consecutivas, de las importantes (Buick y Bridgestone), en las últimas dos semanas avalan al gigante del golf mundial. Su poder intimida como antaño y ya es pasto del olvido que Tiger volvió en marzo después de 8 meses de inactividad por una lesión grave en la rodilla, que no ha ganado este año ninguno de los tres Grandes jugados hasta la fecha, y que en el tercero, el Open Británico, no fue capaz de atravesar el corte.

Sin embargo, con estas dos postreras victorias acumula ya cinco esta temporada en doce torneos jugados -con diez 'top-ten'-, para elevar su cuenta particular a 70 sólo en el PGA Tour. Es el tercer golfista más prolífico de la historia tras Jack Nicklaus (73 victorias) y Sam Snead (82).

Mientras las audiencias televisivas crecerán gracias al empuje de la mejor versión anual de Tiger, para el golf español no sólo es una esperanza contar con García entre los candidatos para ganar el US PGA, por cierto el torneo en el cual, en 1999 y con sólo 19 años, asombró al mundo por un golpe genial tras un árbol en Medinah.

En la elite por donde transitan desde hace años y con comodidad García y Miguel Ángel Jiménez, se han sumado este año, como si tal cosa, el gaditano Álvaro Quirós y el madrileño Gonzalo Fernández-Castaño.

Si como dice Tiger, en Hazeltine "no se puede ser muy agresivo y hay que jugar conservador e inteligente", tanto Jiménez como Castaño tienen una buena oportunidad.

Por el contrario, si hay que hacer caso a Ernie Els, que a su juicio Hazeltine "es el sueño de un pegador", no tachen de los posibles ganadores a García ni Quirós.