Soro III cumplió los pronósticos y arrasó en la final del Individual Bancaixa, disputada en la Ciutat de la Pilota de Moncada. El escaleter de Massamagrell superó netamente a su rival, el mitger Santi, que solo pudo hacer dos juegos (60-25) en una partida rápida y limpia, decantada de principio a fin, en la que el de Finestrat apenas inquietó al campeón. Se abre así una nueva era en este campeonato, que tiene nuevo rey, el séptimo de la historia. Con Álvaro en el último tramo de su carrera, el triunfo de Quico sabe a cambio de ciclo.

Soro III lleva la pilota en la sangre (es nieto del Tío Pena, que construyó el trinquet de Massamagrell, y sobrino de pilotaris y trinqueters), y además tiene manos, oficio y condición física de sobra para reinar en los trinquets. Ayer, en una Ciutat de la Pilota animada, Quico saldó una cuenta pendiente con el mano a mano, la que le quedó el año pasado, cuando tuvo a Álvaro contra las cuerdas y no pudo rematar la faena.

De aquello aprendió mucho, y en un año ha crecido dos palmos como pilotari para convertirse en campeón del Individual y colocar su nombre junto al de Genovés, Fredi, Sarasol, Álvaro, Grau y Miguel. Que a esta lista se añada el apellido Soro hace todavía más grande la leyenda de este campeonato, al que solo han podido optar los grandes maestros de la escala i corda.

Cierto es que este año el Individual no ha contado con algunos de los grandes dominadores de la disciplina. Álvaro se lesionó poco antes de empezar, y Genovés II y Miguel llegaron justos de tiempo tras superar graves dolencias. Pero Soro ya demostró el año pasado que puede hacerle frente al mismo Álvaro. Ayer sumó el título más importante de su carrera con total merecimiento y una superioridad clara.

Quico salió a morder

Desde el ‘va de bo’ inicial, Soro III salió a morder a Santi. No quería sorpresas el de Massamagrell, que sumó los dos primeros juegos con facilidad antes de que Santi despertase y le pusiera en apuros en el 25-15, el primer parcial en el que se vieron intensos intercambios de golpes. Santi desperdició un par de buenas oportunidades de recortar distancias con fallos no forzados, esos que dan aire al rival y hunden moralmente. Los errores en el Individual no se perdonan y, vista la baja fiabilidad de Santi ayer, era imposible creer en la remontada. Con un Soro III duro como la piedra se llegó al 40-15, es decir, cinco juegos a cero para el de Massamagrell.

Entonces reaccionó Santi, que sumó su primer tanto entre la locura del público, que quería ver más partida (20-40). Ni eso sirvió para calmar al de Finestrat, impreciso, irregular, nervioso; rápido, eso sí, pero sin una estrategia clara, e incapaz de leer el choque y sacar su pelota nueva hasta el 55-25, cuando ya era demasiado tarde para intentar nada.

Santi pago carísimos sus errores porque tenía delante una máquina perfecta, con una volea igual de potente que la suya, pero con mejor dau, mejor rebot, y más experiencia en el Individual y en finales. Además, la suerte tampoco le sonrió a Santi, aunque la suerte en la pilota, según se dice, siempre sonríe al que va delante. Y el que va delante es el que más juega. No hubo milagro, y Soro remató la faena a la primera. Nadie en la familia Soro pudo contener las lágrimas. Es lo que pasa cuando se lleva la pilota valenciana en la sangre.

El aspirante a futbolista que se metió a pilotari

Soro III iba para futbolista, y ha acabado como campeón individual de escala i corda. Cuando era adolescente tuvo que llevar un corsé para paliar unos problemas de espalda y se vio obligado a abandonar los entrenamientos en el Massamagrell. Solo se podía quitar el aparato unas horas al día, y las aprovechaba para pelotear en el trinquet de su familia, uno de los más antiguos y consolidados.

Empezó jugando a galotxa y acabó en la escala i corda. Ganó la Lliga Caixa Popular en 2003, y poco a poco progresó en el trinquet hasta que disputó su primer Circuit Bancaixa, en la temporada 2008-2009. Alcanzó la final, y perdió. Ese mismo año levantó su primer grande, la Copa Diputació de València. Desde entonces, había perdido las dos últimas finales del Individual, contra Miguel (60-30) y Álvaro (60-55). Ayer, a los 28 años, el nieto del Tío Pena alcanzó la gloria.