No pudo ser. Una vez más, el destino fue cruel para el saltador alicantino, que tuvo que abandonar la prueba cuando, después del tercer salto se echó la mano al muslo y no pudo continuar debido a unas molestias en el muslo izquierdo. Cáceres comenzó la final con un salto nulo en el que se comió la tabla, aunque rápidamente corrigió y en su segundo intento consiguió su único salto de la tarde, aunque no el mejor según Cáceres: "el peor salto de los que he hecho ha sido el válido. Yo quería seguir compitiendo porque me veía muy bien, capaz de todo". El tercero, el fatídico, volvió a ser nulo y Cáceres ya no volvió a saltar, quedándose a tres centímetros de la medalla -el año pasado, en el Mundial de Moscú se quedó a un solo centímetro-.

"La mala suerte se ha cebado conmigo pero qué le voy a hacer", valoraba el alicantino en zona mixta en declaraciones a EFE. Cáceres destacó que las lesiones de esta temporada le han jugado una mala pasada ya que le han perjudicado de cara a la preparación. Sin embargo, no todo es negativo para el valenciano: "ha sido el peor año que he tenido pero es del que más fuerte voy a salir porque he tenido muchas lesiones, muchos altibajos y sin embargo he sido capaz de estar a tiempo".

Pese a la decepción por la lesión de Cáceres, la última jornada para la delegación española fue notable, pues cayeron dos medallas más: el oro de Ruth Beitia en salto de altura y el bronce de Diana Martín, del Club de Atletismo Terra i Mar, en los 3.000 obstáculos. Beitia, de 35 años, presentó ayer su candidatura a mejor atleta española de la historia al colgarse su undécima medalla. La cántabra, que amagó con la retirada tras los Juegos Olímpicos de Londres, hizo un concurso impecable, en el que solo necesitó dos intentos para superar el 1,99 y solo uno para pasar por encima del 2,01, la marca que le garantizaba el oro. Al término, Beitia se mostraba exultante: «una de las mejores competiciones de mi vida. He saltado el 2,01 decisivo a la primera y es la mejor marca que he hecho en mi vida en un gran campeonato». La española no quiere ni oir hablar de la retirada, aunque es consciente de la edad que tiene. "Cierto es que algún día este cuerpo dirá: hasta aquí has llegado, pero hasta ese día, mientras siga al cien por cien, me tendréis aquí", comentó la campeona de Europa.

Mientras tanto, la madrileña Diana Martín conseguía su primera medalla internacional en el 3.000 metros obstáculos después de ganar el Nacional de Alcobendas. Martín, discípula de Antonio Serrano, fue la más activa durante una carrera en la que fue seleccionando a sus rivales, aunque la parte final de sus rivales fue mejor que la de la española, que aguantó ante el sprint final de la bielorrusa Sviatlana Kudzelich y pudo colgarse el bronce. Al finalizar la prueba, la atleta del Terra i Mar destacó que su objetivo ahora es «luchar por las medallas en el Europeo de cross», su disciplina favorita.

En la sesión matinal, el español Javi Guerra terminó cuarto en la maratón, que ganó el italiano Meucci. Guerra se mostró "contento con esta medalla de chocolate" al ser el primer Europeo que disputa. La delegación española se marcha de Zúrich con seis medallas en el zurrón y la sensación de haber hecho bien las cosas.