El II Trofeu Mixt Mancomunitat de la Costera concluye este lunes en el trinquet de Genovés con la disputa de las finales de escala i corda y raspall. Las dos partidas apuntan a espectaculares por el excelente nivel que han ofrecido los contendientes en las semifinales previas.

El primer título en decidirse será el de los pilotaris con faja y pantalón largo. En concreto, Genovés II y Dani jugarán contra Puchol II y Félix.

Con Soro III todavía en el dique seco por una lumbalgia, Genovés II y Puchol II son de largo los mejores escaleters del momento y ambos lo han confirmado en sus respectivas eliminatorias.

Genovés II se anuncia en casa, ante su afición y es el defensor del título. Y la final le llega estando en racha de juego y resultados. Y es que desde hace un tiempo el escaleter parece aquel que no hace demasiado dominaba en los trinquetes. Eso fue antes de su particular calvario con las lesiones.

En Puchol II no ha habido cambios desde hace mucho; el de Vinalesa está como un toro y la noticia viene dada cuando no completa una actuación excelente, situación que se da muy rara vez.

El duelo en los medios tampoco tiene desperdicio porque se cruzarán los dos pilotaris que suelen pugnar por el número uno.

Dani ha vuelto por la senda del buen juego tras un tiempo sin hacer demasiado ruido y Félix es ahora el que mayor número de elogios recibe en su posición junto con Raúl. El primero es la exquisitez personificada en un pilotari y el segundo una máquina que defiende y ataca con la misma efectividad y contundencia. A continuación se jugará la final en la modalidad de raspall en la que Marrahí y Sanchis se medirán a Moltó y Alberto.

Las dos parejas han accedido a la final por la puerta grande tras doblegar a los siempre favoritos Waldo y Coeter II. El resto de Oliva solamente pudo sumar dos juegos contra Moltó (25-10) y el mitger de Simat se fue a casa con el zurrón vacío en su enfrentamiento con Marrahí (25-0).

Las dos parejas muestran similitudes en el resto ya que Moltó y Marrahí son dos pilotaris que basan su juego en el físico, la pegada y la constancia. El primero es más atleta porque se prepara exhaustivamente para ello y el segundo más explosivo y contundente.

Quienes no tienen nada que ver son Alberto y Sanchis. El ilustre de Aielo de Rugat es un genio, una joya de la pilota que perdura en la élite porque su fuerte no es el físico sino la calidad. Y por otro lado el de Montesa es una joven realidad, ahora ya imprescindible, que mata en casi cada acción con una zurda demoledora.