Julián Villarrubia estaba ayer tan eufórico como el polaco Rafal Sonik, vencedor en quads con 48 años después de cinco podios, los dos anteriores con el de Requena como mochilero en moto y ahora como ´team manager´. "Estoy orgulloso de haber conseguido el objetivo que mi jefe me pidió: ´Julián, quiero ganar el Dakar´. ´Julián, gracias, gracias de verdad´, me ha dicho nada más ser campeón y bajarse del quad. Fui el primero que buscó y quiso abrazar y eso me dice mucho. Hemos acabado entre lágrimas. Me siento realizado, feliz y muy cansado. El esfuerzo valió la pena. Lo logramos".