El Barcelona se impuso en la final de la Copa del Rey disputada en Gijón al Fraikin Granollers por tan sólo un gol de diferencia, 27-26, porque los vallesanos jugaron un gran partido y obligaron a los campeones de Europa a emplearse a fondo hasta el último segundo.

Los porteros de Barcelona y Fraikin Granollers Gonzalo Pérez de Vargas y Dimitrije Pejanovic, respectivamente, ofrecieron un recital en la primera parte impidiendo que los guarismos en el marcador fueran más elevados.

Los dos equipos fueron a por el partido desde el primer momento y el encuentro resultó igualado, aunque el Granollers comenzó mandando, 1-3, aprovechando que Pejanovic sacó tres claros balones, uno de ellos en el lanzamiento de un penalti, a Sigurdsson, a quien acabó desesperando.

En la otra portería, Pérez de Vargas no se quedaba atrás realizando intervenciones de mucho mérito hasta que poco a poco los azulgranas fueron imponiendo su vertiginoso ritmo de juego y se marcharon en el marcador con cuatro goles de ventaja, 10-6.

Pero el conjunto vallesano no se vino abajo y con un parcial de 1-5 lograba el empate a once, lo que provocó tiempo muerto por parte de Xavi Pascual para provocar la reacción de su equipo que llegó a medias porque llegó al descanso con tan sólo un gol de ventaja.

Las mejores acciones azulgranas llegaron de la misma manera, parada de Pérez de Vargas o bloqueo de la defensa, contraataque y gol de Víctor Tomás, que acabó siendo el máximo goleador de la primer parte con 6 goles.

Si Pejanovic realizó una gran primera parte el inicio de la segunda fue inconmensurable parando todos los disparos del Granollers, lo que aprovechó su equipo para endosar al Barcelona un parcial de 4-0 que le daba tres goles de ventaja, 15-18 (m. 36) y nuevo tiempo muerto de Pascual.

Primer gol del Barcelona a los 8 minutos

El Barcelona no marcó su primer gol hasta casi los 8 minutos en un lanzamiento de Karabatic, que se coló entre la defensa, iniciando con él la remontada de su equipo que empató a 18 un par de minutos después y se puso por delante con un gran gol de Noddesbo.

Pero el Granollers estaba dispuesto a que no se repitiera el resultado de la pasada edición de la Copa en Pamplona y siguió dándolo todo, con Juan del Arco y Ferrán Solé como sus puntas de lanza y, especialmente, con un Pejanovic con el que Sigurdsson tendrá pesadillas durante mucho tiempo.

El portero vallesano le sacó media docena de balones en unos contra uno ante la desesperación del islandés mientras que Pérez de Vargas no se quedaba atrás, pero la fe en la victoria del Granollers seguía intacta a medida que el tiempo pasaba y se mantenían por delante en el marcador.

Noddesbo tomó la responsabilidad anotadora y era prácticamente el único recurso al que se aferraba los azulgranas que volvían a ponerse por delante con dos goles de Noddesbo y Enterríos aprovechando la exclusión de Figueres, 25-23 en el minutos 54.

Al Granollers le entraron las prisas y cometieron varias acciones precipitadas en las que los lanzamientos se fueron fuera o Pérez de Vargas las detenía sin muchos problemas.

Raúl Entrerríos también contribuyó a este despegue definitivo de los azulgranas con dos goles que elevaron a 6 su aportación en el partido.

La diferencia aumentó a tres goles, 26-23, a falta de 4 minutos y, aunque el equipo de Carlos Viver acabó presionando en toda la cancha al Barcelona, no pudo remontar a al campeón de Europa que llegó a Gijón con las fuerzas muy justas y sólo pudo ganar por un gol de diferencia (27-26).