El reciente nombramiento de la judoca olímpica Conchi Bellorín como directora general de Deportes de Extremadura refleja que el tatami es también una cantera de políticos o gestores de la política deportiva, un trampolín del que ya saltaron las judocas Miriam Blasco e Isabel Fernández.

Bellorín, Fernández y Blasco se conocen de sobra. Primero, por su pasión por el judo y segundo, y quizás algo más desconocido, es que las tres se formaron en esta práctica deportiva en Alicante.

El caso es que Miriam Blasco es hoy senadora, Isabel Fernández fue edil de Deportes en el Ayuntamiento de la capital alicantina y ahora Bellorín es la nueva responsable de la política deportiva del Gobierno que preside Guillermo Fernández Vara.

Isabel fue discípula de Miriam Blasco en el centro deportivo que sobre esta disciplina montó esta última en Alicante, unas instalaciones que también acogieron a Conchi Bellorín.

La última en saltar a la política, aunque mantendrá su actividad deportiva, es la pacense Bellorín (1980), quien de su tierra natal viajó a Madrid para adentrarse profesionalmente en el judo.

Tras seis años luego en Alicante con la campeona olímpica Miriam Blasco para perfeccionar la técnica, se marchó posteriormente a Pamplona para continuar con su carrera deportiva en el Centro Nacional de Tecnificación Deportiva de Larrabide.

La primera fue Miriam Blasco, una vallisoletana que a los 18 años puso rumbo a Alicante y que de la mano del judoca Sergio Cardell, quien falleció en un accidente de tráfico semanas antes de que la judoca ganara el oro de Barcelona 1992, llegó al Olimpo del judo a nivel nacional e internacional.

Posteriormente fue el turno de la ilicitana Isabel Fernández, que de Torrellano, donde nació y donde un pabellón deportivo lleva su nombre, se trasladó a los tatamis de Miriam Blasco para progresar en el deporte que más le fascinaba.

"Joven y enormemente competente". Así ha definido Fernández Vara a Bellorín, un perfil que en su día presentaban Miriam Blasco e Isabel Fernández, pues las tres han sido olímpicas, campeonas de España y de innumerables torneos nacionales e internacionales.

Integrante del equipo nacional absoluto de judo desde 2003, Bellorín participó en los Juegos Olímpicos de Londres, una cita -la olímpica- en la que también estuvo presente en cuatro ocasiones Isabel Fernández (medalla de oro en Sydney y bronce en Atlanta) y Miriam Blasco, que con solo unos Juegos Olímpicos -los de Barcelona- a su espaldas se llevó el oro.

Su victoria ante la británica Nicola Fairbrother, ahora socia de Blasco en la formación de nuevos deportistas, le permitió ser la primera deportista española en subirse a lo más alto del podio en unas Olimpiadas.

Dos años después de la cita barcelonesa, Blasco dejó la competición y después fue elegida diputada del PP en el Congreso por la provincia de Alicante (2000-2008) y actualmente ese senadora por esta misma circunscripción.

Vocal de la Comisión de la Mujer del Comité Olímpico Español y presidenta de la "Comisión especial sobre la situación de los deportistas al finalizar su carrera deportiva", Blasco alcanzó también la vicepresidencia del Comité Olímpico Español (COE).

Fernández fue campeona del mundo y de Europa en este deporte, y abanderada de la delegación española en los Juegos Olímpicos de Atenas (2004). Compaginando política y tatami, la ilicitana fue edil de Deportes y responsable del Patronato de la Vivienda del Ayuntamiento de Alicante (2007-2011).

Fuera de nuestras fronteras, el exjudoca David Douillet, doble campeón olímpico de esta disciplina, fue nombrado ministro de Deportes de Francia, en sustitución de la antigua karateca Chantal Jouanno, que presentó su dimisión.

Ahora es el turno de Bellorín tanto en el judo, pues los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro están a la vuelta de la esquina, como en política, ya que la práctica deportiva es uno de los grandes ejes de la política anunciada por Fernández Vara.