Un año más llega otro Dakar, pero ahora su preparación ha estado marcada por las lesiones.

Han sido muchos meses... Este año ha sido complicado, el que más difícil y más justo llego al Dakar, he tenido que esperar para subir a la moto. Se han juntado tres meses y medio sin poder correr por la rodilla, después corrí en Marruecos, tuve la caída y me volví a fracturar el hombro€ y otros dos meses. Va a ser diferente seguro, pero con la experiencia acumulada que tengo he trabajado el físico lo que he podido para llegar al cien por cien al Dakar.

¿Su objetivo vuelve a ser estar en lo más alto y que no falle nada?

Sí, está claro. En 2014 ya hicimos un trabajo bueno, liderando durante días, y la última edición con más control de la carrera y guardándonos mucho. Este año tenemos que hacer algo parecido, pero esperemos que la moto no se pare y que sea una carrera normal y que podamos ganar. Tenemos potencial, un buen nivel de navegación, de control de carrera, buen equipo con más años de experiencia, tercer Dakar juntos... todo eso va sumando en esta carrera que es un poco diferente a las demás y es donde más se notan esos aspectos.

¿Sin Marc Coma, quién va a estar peleando este año por el podio?

Habrá un grupo. Será diferente. Antes con Marc y Cyril siempre hacíamos un grupo tirando y marcando diferencias respecto a los demás. Ahora habrá un grupo más grande, de cuatro o cinco pilotos y habrá que gestionarlo distinto. Un día estaremos luchando por ganar una etapa, pero de repente nos veremos sextos... Va a haber que correr los 9.000 kilometros igual, los 15 días encima de la moto y eso va a marcar la pauta. La lectura es esa, hacer una carrera de correr contra uno mismo, de no fallar, no cometer errores, y sabemos que si conseguimos eso, los demás van a tener muy difícil ganar.

En 2015 rompió el manillar, pero lo doloroso fue el Salar de Uyuni, en Bolivia. ¿Siente que sin esa ´navegación´ podía haber ganado?

Sí, todo el mundo lo vio. Incluso el primer día marcamos una buena estrategia, el segundo día logramos una buena diferencia, y a partir de ahí controlamos la carrera, porque sabíamos que no necesitábamos más para ganar el Dakar. Muchos días tuvimos oportunidad de atacar más y hacer una buena navegación y marcar más diferencias y nos lo guardamos pensando más en la general. Pero llegó el día del Salar y se paró la moto, y hubo mucho que hacer. Fue una lástima, porque hasta la etapa 9 hicimos un trabajo muy bueno, y ahí cambió todo.

Ahora no se cruza el Salar, ¿pero ha hecho alguna mejora en la moto HRC

Los ingenieros han cambiado un poco la mentalidad, aún así tienen siempre la mentalidad de llevar la máxima tecnología. Pero están entendiendo que el Dakar es una carrera de 15 días y que al final de lo que se trata es de que la moto durante esos días no falle. Y un poco todos los cambios que se han hecho este año han ido enfocados a tener una moto más equilibrada, más simple en cuanto a la mecánica, en cuanto a la electrónica, más simplificado. Y aunque sigue llevando mucha electrónica, sí que se ha pensado en que el piloto pueda trabajar en ella en una jornada maratón, y creo que nos puede ayudar, porque realmente teníamos allí un hándicap con una moto muy diferente a las demás. Además este año hay dos días maratón importantes, y otro día donde llegaremos antes y las asistencias no estarán. Bastantes días en los que los pilotos y no los mecánicos tendremos que gestionar esa parte.

Las KTM reinan en el Dakar desde 2001. ¿Acabarán con su reinado?

Sí, sí, lo intentaremos. Ellos están haciendo un esfuerzo enorme con la marcha de Marc Coma. Trayendo sus mejores pilotos, al campeón de Australia, a sus mejores de enduro de Estados Unidos, pero eso creo que puede ser muy positivo y le va a dar un aliciente más al Dakar. Si ya era la gran carrera, ahora aún más, porque van a estar los mejores del mundo del off-road.

¿La baja de Jeremías Israel por decisión de HRC hace escasos meses trastoca algo los planes?

Sí, es una lástima que haya pasado todo así, hizo muy bien su trabajo, y desde aquí solo puedo agradecérselo, pero la vida continua. Durante este año hemos incluido un pilar importante para mí, que será Michael Metge, que fue mochilero de Cyril Despres en Yamaha. Tiene una mentalidad muy buena, sabe hacer muy bien su trabajo, y va a ser un pilar importante para mí. Y luego Paulo Gonçalves es un piloto de punta, tiene que hacer su carrera, ha ido subiendo un poco conmigo, pero ahora para Honda la prioridad es asegurar un buen resultado y es normal que tengamos dos vías. Si ocurre lo que me pasó a mí, él tiene que salvar el equipo, y es lo que hizo, conseguir el segundo puesto, y a partir de aquel día del Salar yo estuve trabajando para él y eso es lo lógico.

Además de los cinco oficiales habrá cuatro motos de Honda Sudamérica. Nueve motos al servicio de Joan y de Paulo.

Es un equipo aparte, pero sí que es la misma marca, y el apoyo viene de Japón. Al final el objetivo es claro. Los primeros años sabíamos que queríamos ganar, pero necesitábamos que todas las piezas se juntaran. Ahora ya se siente esa presión de tener que ganar. Lo que pasa es que al final hay que hacer lo mismo de siempre, correr sin presión, divirtiéndote, concentrado en no cometer errores, y ya está. Ese es el camino, sobre todo porque tenemos un buen potencial. Si no tuviéramos esa velocidad, esa navegación y esa experiencia que acumulo, sí que me podría sentir más inseguro, pero en eso es donde me tengo que apoyar y estar tranquilo para que todo vaya normal.

¿Cambia algo su estrategia al no estar Coma? ¿Siente más presión?

Creo que sí que va a cambiar en ese sentido, porque Marc siempre hacía una carrera a un nivel muy alto, muy pocos podían seguir su ritmo, y no cometía errores. Yo sabía que si quería ganar el Dakar tenía que ir a ganarlo, no podía esperar a que él fallara. Y ahora tengo que coger un poco ese papel con el bagaje de la experiencia, hacer una carrera sin errores y ver qué sucede. Y si a partir de la segunda semana, que es donde estará la navegación más difícil, ahí necesitamos apretar y marcar diferencias, lo intentaremos, prepararemos un día para atacar. Pero la lectura de la primera semana son bastantes etapas largas sin complicación extrema en navegación, que habrá que estar en el grupo y ver pasar los días sin cometer ningún error.

¿Es una suerte tener a Coma ahora de director deportivo del Dakar, o todo lo contrario?

Va a ser un Dakar complicado al final. Hay que saber un poco cómo es su personalidad y qué es lo que le gusta para saber cómo va a ser el Dakar. Siempre ha sido metódico, le han ido muy bien las etapas complicadas, y eso va a intentar, hacer etapas difíciles de navegación y gestión de la moto, de maratón donde tengas que trabajar con la moto. Es el cuño que creo que va a poner.

¿Se siente aludido cuando Coma dice que este Dakar no lo ganará el piloto más rápido?

No lo ha dicho una vez solo, pero lo valoraré así. Lo que pasa es que yo este último año he intentado hacer mi trabajo, profesional, sin cometer errores, y fui a un gran nivel, pero es que no solo depende de ti sino de un equipo entero. Es el tercer año de todos, y si sale bien este año podremos estar muy contentos de la trayectoria que hemos tenido, porque realmente ganar el Dakar es complicado para una marca, y la que venga en el futuro va a tardar lo mismo o más. Se ha demostrado en motos y en coches, todo lleva unos años, y esta es la fase en la que hemos estado estos años.

¿Cree que el Dakar está en deuda con Joan Barreda?

Sí, pero tampoco tengo que pensar en lo que ha pasado. Va a ser un Dakar completamente nuevo. Voy a partir desde el kilómetro cero con 9.500 km por delante, y si quiero ganarlo voy a tener que lucharlo igual o más que cualquiera. Sí que siento sobre todo el último, que realmente había hecho todo lo que tenía que hacer para ganar el Dakar, y que no lo tengo. Solo cabe seguir trabajando concentrado como hasta ahora, mejorar lo que ya he hecho e intentarlo otra vez.

¿Hasta qué punto le ayuda la concentración durante tanto tiempo en Andorra?

Mucho. Ya el año pasado noté un cambio importante, pero creo que este año más aún. Una de las etapas más largas es en Uyuni, a más de 3.400 metros y hasta 4.600 metros de altitud, y la diferencia es que antes subíamos a alturas extremas, y volvías a bajar. Ahora subiremos y estaremos durante tres días en alturas extremas, y esa es la gran dificultad, un desgaste mayor pero además no lo vamos a poder recuperar al cabo de unas horas. Hay que estar bien adaptado, porque un día puedes hacer un esfuerzo muy grande y al segundo no rindes igual y al tercero te puede destrozar. Ahí realmente tienes que estar muy bien.

¿Se arrepiente de algo en alguna edición anterior del Dakar?

Al final son siempre pequeños errores que vas cometiendo, y sé que voy a cometer alguno este año, porque es imposible hacerlo todo a la perfección. La diferencia es resolverlos rápido, perder el menos tiempo posible, y eso sí que lo he hecho bien. Como el año pasado antes del Salar que se rompió el manillar con mucho barro, cayó la moto, se clavó y por eso se partió, pero lo pude salvar bien, y de los 6 minutos, cuatro ya los había perdido porque Marc salía por detrás, y perdí entre 3 y 4 minutos. Al final lo salvé bien. Y el año anterior no es que me arrepienta, porque tomé la decisión de ir a por todas pasara lo que pasara, que podía haber arrancado el segundo puesto, pero es algo que no pasaba por mi cabeza. El cuarto día tuve problemas con la gasolina, perdí mucho tiempo, y luego estuve tirando muchos días seguidos, recorté un poco la distancia, el penúltimo día se rompió la torre, tuve problemas eléctricos y perdí mucho tiempo. Pero era así. Me acuerdo muchos días en Bolivia y Salta apretando muchísimo a Marc, y eso es lo que podía haber provocado un error de Marc. Si yo tiraba la toalla en la cuarta etapa con más de media hora que tenía el tercero lo podía conseguir, pero no era mi objetivo quedar segundo. Tenía la oportunidad de darlo todo por ganar y es lo que hice.

¿Cuál va a ser la clave del Dakar?

Creo que la clave va a estar en tener una buena adaptación a Bolivia esos tres días en altitud. La segunda será la más larga cronometrada, y ahí se puede hacer una buena estrategia. Y la segunda semana será muy importante, con mucha navegación. El Dakar estará ahí, es la parte cercana a los Andes, Salta bajando hacia Belén, San Juan..., nos meten por muchos ríos con mucha navegación y pocos waypoints, con cambios de dirección que sin la confirmación de que vas bien se pueden complicar. Son etapas de mantener la calma y tomar decisiones correctas... Y la salida de la segunda etapa maratón, modificando la general con tres salidas de motos, coches y camiones intercalados entre ellos, y con un minuto más de diferencia, harán que pueda variar un poco la inercia de la clasificación. Será otro día importante para la estrategia.

¿Le alivia no tener que cruzar el Salar este año?

Pasaremos al lado, en la segunda etapa de Bolivia, por una pista artificial por la que ya pasamos hace dos años y que va bordeando a un metro de altura el Salar. Es tierra normal. Es un alivio. Pero lo que aún no entiendo a día de hoy es cómo nos pudieron meter no por el Salar sino por un mar, porque era realmente un mar, con poca agua pero un mar.

¿Echará de menos Chile y la costa del Pacífico?

Chile siempre son etapas duras, complicadas, peligrosas y de desierto puro. Pero realmente Argentina es tan grande que pueden encontrar lo que quieran. La tercera de Bolivia será en una zona nueva que no conocemos, más montañosa y escarpada. Hasta ahora habíamos corrido por pistas en buen estado con mucha altura, fáciles y con menos diferencias, y aquí será más incómoda y fea y a ver cómo reaccionamos. No será fácil estar a tanta altura y tener que trabajar mucho más encima de la moto, vas más alto de pulsaciones y el desgaste será mayor.

Otra vez es el único valenciano...

Es complicado. El Dakar y el rally es una especialidad que cuesta mucho, y desgraciadamente el motociclismo en España y en Valencia cuesta mucho. La cuestión es que tenemos pocas ayudas, aquí en Valencia yo tengo pocas o ninguna. Es la realidad. Yo tengo la suerte de haber llegado arriba y todo lo que tengo es de fuera. Por eso no salen pilotos ni representantes de Valencia y pocos de España, por la situación que tenemos.

¿Es Jordi Zaragoza quizá su relevo generacional?

No es fácil. Zaragoza es el mejor ejemplo, tiene 19 años y es el momento que tiene que explotar, y es complicado. Tiene una familia que lleva muchos años poniéndolo todo, pero tiene que luchar, pues a lo mejor le gustaría irse a entrenar a Bélgica o EEUU y no puede. No es fácil, cuando tienes el talento pero las cosas no terminan de ayudar y los demás sí que lo tienen y tienes que luchar cada día... Pero es la pelea que tenemos que tener. Y es una lástima, pues tanto el rally como el motocross es un deporte que exige muchísimo, son espectaculares y tienen muchos valores, es una lástima que aquí en España no tenga ese gancho que sí tiene en otros países.

Por lo menos Honda apuesta por valencianos: Jorge Navarro, Arón Canet, Jordi Zaragoza€

A los japoneses les gustan los españoles, ahí tenemos un filón para salir adelante.