Valencia vuelve a estar en la élite del Rally con Sergio ‘Checo’ Salom, copiloto del mexicano Ricardo Triviño en la categoría WRC2 del Campeonato del Mundo de Rally. Este vecino de Valencia comparte cada día mesa, estancia y conversación con las grandes figuras del Mundial, una competición que carece de la ‘exquisitez’ de la Fórmula 1 y donde «todos somos amigos y compañeros; no hay ‘estrellas’», nos confesó el propio Checo cuando se encontraba junto al expiloto de Fórmula 1 Robert KubicaRobert Kubica, quien al igual que Triviño perdió el control de su coche por una placa de hielo en una de las curvas de la segunda etapa del Rally de Montecarlo, que inaugura el calendario. Por suerte pudieron reparar el Citroën DS3 R5 y, aunque ya sin opciones, podrán correr de nuevo hoy para seguir conociendo un coche que recogieron sólo unos días antes de la prueba y con el que apenas habían recorrido unos kilómetros antes de iniciar la primera cita del Mundial.

Esta competición es la cima del rally y el sueño de todo aficionado a este deporte. Checo lleva 20 años vinculado a una disciplina por la que se interesó desde muy pequeño, cuando acompañado por su hermano Vicen y su padre Vicente iban a ver correr a su tío Miguel Salom el ‘Caracol’. Tan pronto como pudieron pasaron de ver las carreras desde las cunetas a ser protagonistas de ellas, ejerciendo tanto de piloto como de copiloto, donde Checo ha logrado sus mayores éxitos a nivel autonómico y nacional.

Pero sin duda el mayor logro ha sido correr el mundial junto al mexicano Ricardo Triviño, al que conoció en 2004 por pura casualidad. Ambos rompieron su coche en la misma curva y mientras esperaban a las asistencias el sudamericano le propuso que fuese su copiloto en el Rally de Grecia 15 días después. Allí cuajaron una gran amistad y desde entonces han logrado grandes victorias tanto en España como en sudamérica, donde incluso Discovery Channel les patrocinó y les hizo protagonistas de un programa de televisión. Su gran triunfo hasta la fecha es el octavo puesto de la clasificación general del Rally de México de 2008, por delante del que hoy es el actual campeón del mundo Sébastien Ogier

Ahora su principal objetivo es acabar en el podio de la categoría WRC2 del Mundial, pese al traspiés de Mónaco, donde sin opciones seguirán corriendo para preparar el coche de cara al Rally de México, «una prueba que conocemos a fondo y que se nos da bien. Queremos al menos ser terceros en casa de Ricardo», confesó Checo.

Un precio prohibitivo

Los grandes resultados les animaron a seguir participando en el Mundial de Rallys, una competición que según el propio Checo «nada tiene que ver con el resto. La profesionalidad y la organización no se pueden comparar con rallys de menor nivel» pero «tampoco lo caro que es» apunta el valenciano.

El Mundial es prohibitivo por el nivel competitivo, pero también y casi en primer lugar, por la inversión que hay que realizar para participar. Sólo un litro de la gasolina que utilizan éstos coches cuesta 6 euros, y gastan unos 400 litros en una prueba; un sólo neumático puede superar los 350 euros y se utilizan unos 20 por carrera; la asistencia oficial son unos 15.000 euros y la inscripción al Mundial está entre 4.000 y 5.000 euros, lo mismo que cuesta la presencia del ingeniero del Citroën DS3 R5 que utiliza el equipo Triviño World Rally Team y que cuesta 180.000 euros.

Y todo ello tratándose del WRC 2, la antesala del World Rally Championship, donde todo es más accesible y se utilizan coches menos potentes (unos 60 cv menos) y con menos tecnología. Con tales gastos sería imposible correr sin patrocinadores. Por suerte Triviño es un personaje popular en su país y le apoyan marcas como, Mexico Turismo, Electrolit, Oakley y Timberland, pero también cuentan con el respaldo de firmas valencianas como RS, Milesocasiones, Rollerlux, Excatrak, ISRacing.

Equipo 100% valenciano

El Triviño World Rally Team se puede considerar un equipo cien por cien valenciano, ya que además de Checo, la estructura cuenta con cinco mecánicos, un encargado de logística y la cocinera, todos ellos de la Comunitat Valenciana.

Incluso el propio Ricardo Triviño es un paisano más, ya que tiene la doble nacionalidad mexicana y española, y lleva desde el 2000 pasando al menos seis meses al año en su casa de Alboraya.