La selección española de balonmano tratará de recuperarse del duro golpe que supuso la derrota encajada ante Dinamarca e intentará sumar mañana (18:15 horas, Teledeporte) ante Hungría la primera de las dos victorias que necesita para poder seguir aspirando a lograr un puesto en las semifinales del Europeo de Polonia.

El conjunto español afrontará el encuentro nuevamente con la duda del pivote Gedeón Guardiola, que ya no pudo jugar ante los daneses por una lesión en el dedo meñique de la mano derecha y que, como reconoció el propio seleccionador Manolo Cadenas, lastró notablemente las opciones de victoria ante los nórdicos.

"Fue clave tanto en la defensa como en el contraataque no tener a Gedeón. Eso nos llevó de cabeza, nos obligó a hacer cambios no habituales. Es difícil jugar sin nuestros dos especialistas defensivos, son imprescindibles y eso lastró nuestras opciones", señaló Cadenas.

No obstante, parece poco probable que Gedeón Guardiola, que sigue luciendo una férula en el dedo meñique de su mano derecha, pueda actuar mañana ante los magiares, por lo que España deberá volver a apostar por nuevas variantes defensivas, como la defensa 5-1 que utilizó durante muchos minutos ante Dinamarca.

Sin embargo, el mayor reto del equipo español será recuperar la moral, tras el varapalo sufrido ante los daneses, en un choque en el que España, tras una gran primera mitad, se desplomó por completo en el segundo tiempo, en el que sólo pudo anotar nueve goles, tras encadenar más de once minutos sin marcar.

Para ello, la selección española deberá volver a mostrar el fluido juego ofensivo que exhibió en los primeros treinta minutos ante Dinamarca, en los que España bajo la lúcida dirección de Raúl Entrerríos hizo llegar el balón a los extremos y pivotes.

Una tarea nada sencilla ante la contundencia defensiva de un equipo magiar, que tiene uno de sus principales argumentos en una rocosa defensa 6-0 con jugadores con un gran poderío físico como el pivote Timuszin Schuch.

Aunque la principal arma de la selección húngara volverá a ser el lateral derecho Laszlo Nagy, máxima referencia de un equipo en pleno relevo generacional y que hasta el momento ha rendido por debajo de lo esperado en el Europeo.

El técnico magiar, el español Talant Dujshebaev, decidió apostar por la presencia en Polonia de jóvenes talentos como el pivote Bence Banhidi o el lateral Richard Bodo en detrimento de otros más consagrados como Gabor Csaszar, Ferenc Ilyes o Mate Lekai, piezas fundamentales en el conjunto húngaro en los últimos campeonatos.

Una arriesgada apuesta que por el momento no le ha salido bien al equipo húngaro, que hasta el momento tan sólo ha logrado sumar una única victoria en el torneo, la cosechada en la primera jornada ante Montenegro.

Esta circunstancia reafirma el papel de favorita de la selección española, a la que sólo le vale el triunfo si quiere seguir aspirando a alcanzar unas semifinales a las que los "hispanos" no han faltado en ninguna gran competición internacional desde que en 2011 se colgaron el bronce en el Mundial de Suecia.