Ilusión, retos, entrenamiento y descanso. Estos son los principios del eterno campeón español de maratón Martín Fiz, a sus 52 años y pelo blanco embarcado en desafiar los 6 principales maratones del Mundo. El domingo en Tokio su terapia echa a andar. "Las canas arriba, las ganas abajo", es su lema.

Correr es la terapia del vitoriano universal. Se considera el embajador del más de millón de atletas populares que a diario le dan a la zapatilla en todos los parques y calles de España. A todos les aconseja entrenamiento y descanso, sin obsesiones. "Si no disfrutara con lo que hago, no lo haría", señala.

El único maratonista español que ha liderado el ránking mundial de la distancia (1996) probó la experiencia del viaje turístico-deportivo en el pasado Maratón de Nueva York y aparte de ganar en su categoría se trajo a casa el proyecto de desafiar los principales maratones del Mundo. Se vino arriba, y Martín con un reto por delante, se muestra imparable.

"Es un reto, una ilusión, pero cuidado, tampoco es una obsesión. Lo quiero hacer porque me ilusiona el proyecto. Trato de ser el embajador del millón de atletas populares que corren cada día por los parques y calles de España", afirmó en la sede del Comité Olímpico Español.

Fiz dejó las zapatillas de alta competición con el título mundial y europeo en el palmarés y se recicló como atleta popular y aventurero. Ha coronado junto a Juanito Oiarzabal la cima del Aconcagua y se ha metido entre pecho y espalda la Quebrantahuesos, 200 km a lomos de una bicicleta. De hecho, también en la Comunitat Valenciana ha participado en los últimos años como popular en varias carreras, además de recibir algún que otro homenaje a su trayectoria.

Pero correr es uno de los motivos que a diario le levantan de la cama. "Para mí correr es una terapia, un modo de vida, algo social. Detrás de cada deportista hay una historia. En mi caso es algo que disfruto y me permite dejar el estrés en el asfalto y parques de Vitoria".

Si se tratara de una obsesión que no pudiera dominar, Fiz tiene claro que no lo haría. "Solo pretendo disfrutar y tener ilusión, compartir las carreras con mis amigos y seguir con mi vida normal, la que me permite tomarme todos los días una copita de vino. En la elite ya hice lo que tenía que hacer, ahora lo hago porque me gusta".

El campeón mundial de maratón en 1995 tuvo el honor de acudir tres veces a los Juegos Olímpicos: en Barcelona'92, "los más grandes de siempre" -asegura-, fue a aprender, en Atlanta'96 fue cuarto y en Sydney'2000, sexto con plaza de finalista.

Ante sus próximos maratones, Fiz ya tiene hechos sus cálculos. "En Asia los atletas empiezan jóvenes y a los 50 ya están bastante cascados. Por eso empiezo en Tokio, porque creo que puedo ganar".

El maratón de Boston es el que le hace más ilusión a Fiz. Allí corrió en 1967 una mujer camuflada como hombre, Kathrine Switzer, quien terminó en 4 horas y 20 minutos a pesar de las humillaciones que sufrió en plena carrera para descalificarla. "Además", recuerda, "en el 93 batí el récord de España con 2.10 horas".

Berlín será la más difícil, dice. "Los europeos serán mis rivales y además tendrán dos años menos que yo. Tengo que hacer sobre 2,30 horas, y eso es difícil.

"Es un reto bonito y seductor por el que ya se han interesado otros exatletas de elite. Me llamó el mexicano Germán Silva y me ha mostrado su interés por hacer los 6 maratones", explica.

Fiz, que actualmente se entrena con un volumen de kilómetros cercano a los 115 kilómetros semanales, no se olvida se recalcar algunos consejos para los atletas populares, para que ninguno se exceda.

"Lo que hay que hacer es entrenarse lo necesario y cuidar mucho el descanso. Si entrenas como los profesionales no puedes hacer esto", concluye.