La Unión Ciclista Internacional (UCI), ha anunciado hoy que durante el Tour de Francia, que comienza el sábado en Mont Saint Michel y finaliza en París el 24 de julio, se utilizarán recursos «para realizar entre 3.000 y 4.000 controles», para evitar el dopaje tecnológico.

Los organizadores de la 103 edición del Tour Francés utilizarán para ello cámaras térmicas, para poder detectar la presencia de motores en las bicicletas, según ha anuniado hoy el secretario francés de Deporte, Thierry Braillard.

Las cámaras de alta tecnología fueron fabricadas por el Comisariado de la Energía Atómica (CEA) a petición del Gobierno francés. «Queremos preservar el alma del Tour», indicó Christian Prudhomme, director de la carrera, en una conferencia de prensa en París.

Por su parte, El presidente de la UCI, Brian Cookson, ha mandado un mensaje claro a los participantes del próximo Tour. «No hay posibilidad de ocultar nada, no creo que haya nadie tan tonto de tratar de engañar de esta manera. Una bicicleta modificada es extremadamente fácil de detectar con nuestros escáneres, los cuales vamos a utilizar de forma masiva en todo el Tour y el resto de la temporada», ha precisado.

La UCI ha señalado en un comunicado que en la Vuelta a Suiza se realizaron 500 controles y en el Giro de Italia más de 2.000. La Federación internacional ha destacado la «cooperación excelente de los equipos, corredores y organizadores para llevar a cabo los controles, sin oponer ninguna resistencia».