Iván Pastor ha sido uno de los primeros españoles en llegar a Río. Desde principios de julio se entrena ya en aguas de la Marina Gloria, en la bahía de Guanabara, donde se disputará la competición de vela de los Juegos de Río. Para el regatista de Santa Pola serán nada menos que sus cuartos Juegos consecutivos. Tras quedar duodécimo en Atenas 2004, noveno en Pekín 2008 y decimosexto en Londres 2012, en Río, por fin, Pastor quiere lograr la medalla olímpica que se le ha resistido hasta ahora: «Desde luego mi objetivo no es otro que pelear por las medallas. Sé que es un objetivo ambicioso pero que tengo opciones».

Para subir al podio Iván tiene claro cuál es el camino: «hay que luchar al máximo, trabajar cada detalle, entrenar mucho y sobre todo, disfrutar. Mi mayor preocupación es que cuando acaben los Juegos pueda decir que he terminado con un buen sabor de boca, que he disfrutado plenamente de los Juegos y he podido competir bien, independientemente de que logre o no la medalla. En los tres Juegos que he disputado, por unas cosas u otras no he podido disfrutarlos plenamente». El de Santa Pola quiere dejar atrás el amargo sabor que le dejaron los Juegos de Londres: «me salió todo mal, son unos Juegos para olvidar, las condiciones de la competición no me eran nada propicias».

Iván Pastor confía en que todo sea muy diferente este año ya que para él, competir en Río de Janeiro será casi como hacerlo en casa: «cuando se decidió la sede de los Juegos de 2016 mi deseo principal era que se lo dieran a Madrid porque la competición de vela hubiera sido en Valencia, pero mi segunda opción era Río. Es un sitio que conozco muy bien, he competido mucho aquí y me gusta. Además estoy muy aclimatado a la vida en Brasil, me gusta, y eso puede ser una ventaja».

Aunque el campo de regatas lo conoce bien, el alicantino reconoce que no es un escenario fácil: «es complicado por el viento y las corrientes, por eso es necesario conocerlo lo mejor posible». Iván Pastor, a sus 36 años completará en Río su cuarto ciclo olímpico: «se pasa el tiempo volando, estás tan inmerso en la competición, los entrenamientos... que cuando te das cuenta ya han acabado unos Juegos y estás medito de lleno en la preparación de los siguientes».

El regatista del equipo Movistar es el único representante español en la clase RS:X (windsurf) tras lograr la clasificación en diciembre de 2015 en la Copa Brasil, competición elegida por la Federación Española como clasificatoria para los Juegos. «Competir en una clase individual tiene sus ventajas y desventajas. Es cierto que a veces echas de menos un compañero, formar parte de un equipo... pero te acostumbras, llevo mucho tiempo entrenando solo».

En su larga trayectoria deportiva Iván Pastor ha comprobado que el aspecto mental es un factor clave: «ahora doy mucha importancia a este aspecto, he trabajado mucho la preparación psicológica». Desde que decidió dedicarse al mundo de la vela al más alto nivel, Iván Pastor se ha convertido en un trotamundos: «se viaja mucho, son muchas semanas al año fuera de casa, es algo que siempre me ha gustado aunque es cierto que cada vez me cuesta más y que procuro pasar más tiempo en casa». Esta temporada ha sido especialmente intensa para Iván Pastor, siempre con los Juegos de Río en el horizonte: «ha sido un año de mucho trabajo, en el que he competido menos, he sacrificado algunas competiciones pensando siempre en priorizar la preparación de los Juegos. Ha sido un año de mucho volumen de entrenamiento, de dedicarle muchas horas». En Río Iván Pastor tratará de reafirmar el nivel exhibido en el Preolímpico en el que acabó quinto mientras que en el Mundial de Oman en 2015 fue séptimo.

El windsurf es una de las modalidades de vela que requiere una mayor fortaleza física: «la preparación física es muy importante. Hacemos mucho gimnasio, natación, bici, carrera a pie, series en el agua con la tabla...», destaca Iván, a quien le gusta sobre todo practicar deporte al aire libre. La competición de windsurf comenzará el 8 de agosto y concluirá el 15: «hay programadas 12 pruebas. Se suman los puntos y los 10 primeros de la general compiten en la 13ª prueba: la Medal Race».

Iván Pastor lleva practicando el windsurf desde que era un niño, deporte en el que se introdujo de la mano de su padre, Salvador Pastor que también competía: «mi tío Mariano montó una escuela de verano de windsurf y por supuesto me apunté. Desde los 8 años iba todos los veranos y desde el principio me encantó».

El regatista alicantino se inició pronto en la competición: «con 10 u 11 años mi padre empezó a llevarme a competiciones. A los 13 años fui a mi primer campeonato de España. Mi padre competía en veteranos y yo en categorías inferiores. Quedé segundo. Al año siguiente ya fui campeón de España. Tenía 14 años y desde ese momento supe que quería ser olímpico».Un sueño que alcanzaba 10 años después, a los 24 y en los Juegos de Atenas: fue mi mejor experiencia olímpica hasta ahora. Estar concentrado en la Villa Olímpica me encantó. En ese momento supe que quería una medalla olímpica. Algo que aún sigo persiguiendo». Para Iván Pastor el principal handicap de la vela en los Juegos es que suele estar alejada del resto de competiciones: «En los Juegos de Pekín estábamos a 700 kms de distancia y en Londres a 300 kms.Por eso Atenas fue especial, porque pudimos estar en la Villa Olímpica». Aunque en el caso de Río la vela está más cerca que en otros Juegos: «estamos bastante cerca del centro de la ciudad», Pastor no se alojará en la villa olímpica: «desde allí al campo de regatas hay más de 1 hora de trayecto en autobús, es demasiado, por lo que buscaremos un lugar más cercano y cómodo». Uno de los momentos que más ilusión le hace a Iván es la ceremonia de inauguración: «es algo que no me perdería por nada del mundo».