El español Kilian Jornet, seis veces campeón de la Copa del Mundo de carreras de montaña, afrontará entre agosto y septiembre el reto de ascender al Everest sin oxígeno ni cuerdas fijas con el objetivo de establecer la marca de velocidad en la cumbre más alta del mundo siguiendo el estilo alpino y una filosofía purista.

Después de batir récords en montañas de todo el mundo, Jornet afronta el último reto de su proyecto personal 'Summits of my life' (Cimas de mi vida) con el objetivo de establecer la marca de velocidad en la montaña más alta del mundo, el Everest, de 8.848 metros, igual que hizo, entre otras, en el Kilimanjaro y en el Aconcagua.

La expedición, que partirá desde Europa el 7 de agosto, tiene previsto estar en la zona unas ocho semanas esperando el momento propicio para la ascensión.

"El Everest será probablemente uno de los ascensos más exigentes que he afrontado nunca. Todo ello será un gran aprendizaje, para ver cómo reaccionará mi cuerpo en altura, así como para aplicar esta manera de enfrentarnos a la montaña con el estilo que usamos en los Alpes. Hace muchos meses que me preparo para este reto y estoy impaciente por empezar", confiesa Kilian.

Kilian Jornet se enfrentará al Everest siguiendo el estilo alpino y la filosofía purista y minimalista que lo caracteriza. De esta manera, intentará llevar a cabo el ascenso al Everest de una sola tirada, sin paradas en campos de altura, siendo este aspecto la principal diferencia con el alpinismo clásico.

El deportista catalán afrontará este reto rodeado de su equipo, que forman el alpinista Jordi Tosas y los cámaras y guías de montaña Sébastien Montaz-Rosset y Vivian Bruchez.

"Antes de partir hacia el Himalaya ya hemos hecho parte de la aclimatación porque hemos pasado bastantes días en altura. De este modo, cuando llegamos al campo base del Everest no debemos pasar tantos días para poder encarar el reto", comenta Tosas.

Para este proyecto se ha elegido una ruta poco practicada de la cara norte. Como en retos anteriores, Kilian Jornet comenzará desde el último lugar habitado y desde allí el objetivo será hacer cumbre y volver al punto de salida.

Kilian saldrá desde del monasterio de Rongbuk, en el Tíbet, y desde allí deberá recorrer unos 30 kilómetros antes de llegar al campo base avanzado de la cara norte, a 6.500 metros de altura. A partir de ahí comenzará la ascensión hasta la cumbre, situada a 8.848 metros, y según las condiciones, el equipo se planteará la ruta de ascenso por los corredores Norton o Horbein.

"Tendremos que ver cómo reacciona nuestro cuerpo en altura. Esta expedición será, sobre todo, de aprendizaje, ya que sabemos que nos espera un largo camino por delante. La preparación será la clave, pero también necesitaremos paciencia para descubrir estas grandes montañas", apunta Kilian.

Kilian Jornet llevará a cabo el reto sin oxígeno, sin cuerdas fijas y con material ligero. "Quiero poder moverme con más rapidez. Al ir con material ligero podemos avanzar más rápidamente, aunque sabemos que también conlleva un riesgo mayor".

"Somos conscientes de este riesgo y la afrontamos porque finalmente es la forma en que nos gusta ir a la montaña", concluye.