La vida de un tenista no es nada sencilla. Coger un avión cada semana para luchar por un sueño que requiere horas de sacrificio y esfuerzo en solitario necesita de una dureza mental que solo unos pocos privilegiados pueden soportar. Uno de ellos es Roberto Bautista, que espera con especial ilusión viajar a Río de Janeiro. Allí le esperan los primeros Juegos Olímpicos de su carrera. Ajetreado con un calendario que no le permite apenas respirar pero consciente de que está en el estado de forma de su vida -número 17 mundial y primera espada de la última eliminatoria de España en la Copa Davis-, el valenciano quiere disfrutar al máximo de la cita brasileña.

«Estoy en el mejor momento de mi carrera, me encuentro en buena forma y físicamente estoy más entero que otras veces a estas alturas. Además, cada vez tengo más experiencia. A principios de año el poder ir a los JJOO era uno de mis claros objetivos y, definitivamente, suponen una fecha especial para mí», reconoce el de Benlloch, que está especialmente ilusionado por compartir la experiencia codo con codo con sus ídolos y referentes: «Vivirlos con David Ferrer o Rafa Nadal, que son los mejores jugadores de la historia del tenis español, para mí será muy especial. Además podré jugar el dobles con David, lo que supondrá para mí una vivencia muy bonita ya que es un jugador con el que me he fijado mucho y del que he aprendido tanto que será un premio estar con él. Todas esas cosas harán de los Juegos una cita importante».

El objetivo una vez logrado el billete es disfrutar, pero también luchar por el sueño de llegar lo más lejos posible, quien sabe si lograr el metal soñado en individual o en dobles. «Voy con el objetivo de competir, de hacerlo lo mejor posible y tengo muchas ganas de vivir algo tan bonito. Quiero disfrutarlos lo máximo posible, pero también tengo la misión de ir a competir bien. Si me preguntas fuera de la pista no sabría decirte que es lo que más ganas tengo de vivir en Río. Jamás he participado en unos JJOO, pero poder convivir con toda la delegación española y mis compañeros me hace ilusión», explica el tenista valenciano.

Bautista admite que no puede preparar la cita tan bien como desearía, pero advierte que el resto de contrincantes están en la misma situación. Y es que el torneo olímpico llega emparedado a dos Masters 1000 importantes como son los de Toronto y Cincinnati, además de vislumbrar a lo lejos un evento transcendental como es el US Open de septiembre: «El calendario de tenis está muy apretado. Los JJOO caen entre dos torneos grandes y en un viaje de cambio de continente que no es fácil de compaginar. Los tenistas que estamos arriba en el ránking nos estamos preparando para esas citas que son obligatorias y tenemos muy poco tiempo para pensar en Río. Sin embargo, al final las Olimpiadas son muy valiosas y siempre tienes que considerarlas de igual forma».

Acostumbrado a la presión, el castellonense lleva en su ADN el competir sin cesar y no se verá abrumado por las circunstancias de ser novato en Río. Más bien al revés: será un acicate más para demostrar que su excelente año no es casualidad: «El tenis es uno de los deportes más sacrificados que hay y te obliga prácticamente a entrenar cada día. Ahora mismo en viajes estamos entre 25 y 28 semanas al año, es mucho tiempo y luego cuando llegas a casa tampoco es que tengas tiempo de relajarte porque al final tienes que prepararte para las siguientes fechas».

Una rutina que le lleva a convivir con una raqueta casi 24 horas al día. «Soy una persona que me dedico al tenis al cien por cien y llegar a los Juegos es especial. Me entrego por lo que hago y tengo la conciencia tranquila de que lo daré todo cada vez que salga a la pista», admite. La pasión le corre por las venas ya desde bien pequeñito porque «con cinco años ya estaba pegando raquetazos, empecé jugando a tenis ya que tenía el frontón de mi pueblo cerca. Luego, como todos los niños, cuando mis padres estaban viendo tenis en la tele yo también estaba con ellos y les decía que quería que me apuntaran para hacer lo mismo que los tenistas que estaba viendo por la tele».

No obstante, estuvo cerca de decantarse por su otra pasión que es el fútbol: «Cuando era pequeño tenía más afición al fútbol que al tenis y al final tuve que tomar una decisión porque las dos cosas eran imposibles. Incluso le dedicaba más horas al fútbol, pero cuando vi que con 14 años quedaba campeón de la Comunidad Valenciana, de España y del Mundo ya empecé a tener claro que el tenis iba a ser mi deporte». Y bien que hizo. Ahora le toca vivir el espíritu olímpico.