4 de agosto de 2012. David Ferrer se queda a las puertas de la medalla olímpica en el All England Club de Wimbledon tras caer en el partido por el bronce de dobles junto a su compañero Feliciano López ante los franceses Benneteau y Gasquet. Un palo para el tenis español, que por primera vez desde la lejana cita de Los Ángeles 1984 vuelve a casa de vacío. Cuatro años después, el de Xàbia quiere quitarse ese mal trago con una buena actuación que borre lo que está siendo un 2016 demasiado irregular para él. Después de un Wimbledon decepcionante y un torneo en Bastad (Suecia) en el que no pudo ni llevarse el título, ni tampoco ofrecer buenas sensaciones, se ha recluido estas últimas dos semanas en su casa con su mujer y los suyos para resetear la mente y regresar con toda la fuerza posible en la que puede ser su despedida olímpica. «Quizás son mis últimos Juegos Olímpicos. Tengo ahora 34 años y con 38 será muy complicado estar en otro evento así. Por eso estos Juegos de Río los encaro de una forma diferente a los de Londres y Pekín», confiesa Ferrer.

Sus opciones de alcanzar metal pasan por tres vías diferentes. Prima la oportunidad que se le presenta en el cuadro individual -hace cuatro años cayó en octavos de final ante el japonés Kei Nishikori-, pero también tiene dos buenas posibilidades que se le abren en el dobles. Primero, formará dupla valenciana con Roberto Bautista en categoría masculina y, después, competirá en dobles mixto, donde compatirá raqueta junto a Carla Suárez -número 9 del ránking WTA-. «Ojalá consiga esa medalla que se me resistió en Londres. Sé que es difícil y está muy complicado. Voy a jugar todo y a ver si tengo la oportunidad de lograrla», añade un ‘Ferru’ con la experiencia suficiente como para conocer qué será lo más importante una vez comience la contienda en Brasil.

Más allá de lo que haga él a nivel individual, a Ferrer le hace especial ilusión formar la dupla de la ‘terreta’ con Roberto Bautista. Algo muy significativo sobre el buen estado de forma que vive el tenis valenciano y que espera refrendar con un premio complejo pero no imposible en Río: «Roberto y yo nunca hemos jugado dobles juntos, pero sabemos de nuestras cualidades. En los Juegos Olímpicos siempre se pueden dar sorpresas en el dobles si tenemos esa ilusión y motivación para afrontar la competición de manera correcta. Si lo hacemos así quizás tengamos alguna mínima posibilidad. Queremos hacerlo lo mejor posible, pero hay parejas más cualificadas para hacer medalla».

La aportación de nuestro tenis no se limita solo a categoría masculina, ya que también estarán otras dos raquetas con acento valenciano: Anabel Medina y Arantxa Parra. Ambas estarán presentes en el dobles femenino como ya hicieron hace cuatro años. «Anabel y Arantxa tienen muchas opciones de poder conseguir medalla. Están en el ‘top ten’ en dobles, están haciendo un grandísimo año y, sin duda, es una buena baza», explica. En total, cuatro representantes valencianos, algo que no igualará ninguna otra disciplina olímpica en Río de Janeiro.

«Luego Roberto en individual porqué no puede conseguir medalla. Es un grandísimo jugador, es muy competitivo y también es en pista rápida donde mejor se desenvuelve», reconoce. El de Benlloch estuvo presente en Toronto, aunque Ferrer ha preferido tomarse un respiro ya que ahora se encuentra «mejor anímicamente» de lo que estaba justo hace un mes: «Por eso no he ido a Toronto. Estas todo el año fuera, viajas ya muchísimo y una gira tan larga con el tema de las Olimpiadas, que hace acortarse más el calendario, pues incomoda e intentas reducir un poco más el calendario que tienes».

Además, nada mejor que recuperarse en su propia casa. «He estado dos semanas en Xàbia con mi familia, entrenando aquí y espero afrontar la segunda parte de la temporada bastante mejor que la primera. Siempre que se está en casa ayuda, sobre todo cuando llevas mucho años viajando fuera de los tuyos. Necesitaba un cierto parón y mejor hacerlo en casa con la gente cercana y que quieres», añade.

A pesar de ser un veterano, todavía le hace ilusión otra cita olímpica: «El hecho de que sea cada cuatro años es muy importante, es diferente a cualquier otro torneo porque cambias la rutina del tenis por otro evento en el que estás coincidiendo con deportistas de todos los países. Los privilegiados tenemos la suerte de poder ver en directo a otros deportistas de elite y cómo encaran de forma diferente cada competición en la que participan».

Por último, Ferrer tampoco es ajeno a toda la polémica que está envolviendo a estos Juegos Olímpicos. El valenciano reconoce tener respeto al virus Zika, uno de los grandes temas de conversación entre los participantes, aunque no lo teme porque ya tuvo que viajar a Río de Janeiro el pasado mes de febrero y no tuvo ningún problema en su estancia: «Un poco sí que estoy asustado, pero te informas, ves de qué se trata y ya está. De todas formas estuve en febrero en Río, no hubo tanta polémica y no pasó nada. Después de eso voy más tranquilo, pero está claro que siempre es importante informarse y que la organización sepa controlar todo lo que afronta». Después de las experiencias agridulces de Pekín y Londres, ahora Ferrer solo quiere mirar hacia un sueño que no quiere dejar escapar de nuevo.