Los más de mil aficionados del Levante UD FS que llenaron las gradas del pabellón de El Cabanyal tras eliminar en dieciseisavos de final al Segovia, no olvidarán nunca la noche mágica de este martes, en la que el club granota se clasificó por primera vez en su historia para los cuartos de final de la Copa del Rey tras eliminar al Barcelona en la prórroga (5-4).

La igualdad fue la nota predominante en una primera parte en la que el Barcelona se adelantó rápido a los cuatro minutos por medio de Ferrao. Sin embargo, el Levante reaccionó rápido y en apenas un minuto Emilio Buendía logró el empate con el primero de sus tres goles de la noche. El gol dio confianza al Levante que se adueñó del balón y pudo incluso adelantarse en el marcador, pero una pérdida en el campo del Barça propició un contragolpe rival que acabó en gol (1-2) antes del descanso.

En la segunda parte, el Levante empató de nuevo rápidamente por medio de Cecilio, que a los dos minutos anotó de falta directa. La igualdad se mantuvo hasta que Buendía de nuevo adelantó por primera vez en el partido a los granota al anotar tras una gran jugada de Cecilio (3-2). El Barcelona empató dos minutos después en una jugada aislada fruto de su tremenda calidad, pero la locura llegó cuando a falta de un minuto y con el partido empatado, Lucho hizo el 4-3 tras un gran robo en campo del Barça y una genial combinación de los jugadores granotas que acabó con Lucho empujando el balón al fondo de la red.

Quedaba un minuto y pese a que el Barça salió con portero jugador, parecía imposible que empatara el partido. De hecho, lo acabó empatando solo cuando llegó un grave error del Levante, al no despejar el balón con contundencia cuando apenas quedaban 30 segundos, lo que aprovechó Ferrao para empatar el partido a falta de 15 segundos.

Ya en la prórroga, con cinco faltas cada equipo, la expulsión por doble amarilla de Rómulo hizo que el Barça jugara dos de los seis minutos con tres jugadores de campo, algo que no supo aprovechar el Levante. Con igualdad numérica, Ferrao cometió una falta en ataque que dio al Levante un doble penalti a falta de 30 segundos para el final, que transformó Emilio Buendía a falta de escasos segundos. Y ahí llegó la locura a la pista y a la grada, en la que disfrutó como nunca el presidente Quico Catalán.