El terrorista que atentó el lunes por la noche al término de un concierto en Manchester ha sido identificado como Salman Abedi, de 22 años, según fuentes estadounidenses citadas por NBC News y Reuters. Abedi es natural de Mánchester, nació en 1994 y es hijo de refugiados libios que huían del régimen de Gadafi.

Mientras, el grupo terrorista Estado Islámico ha reivindicado la autoría del atentado. En un comunicado difundido a través de la agencia de noticias Amaq, los yihadistas asumen la masacre y afirman además que un "soldado del califato" colocó "varios paquetes bomba" en varias concentraciones de "cruzados" en la ciudad británica.

Las imágenes del atentado

Atentado en el concierto de Ariana Grande. Vídeo: ATLAS

Explosión controlada para un acceso

Hopkins confirmó que se han registrado dos domicilios en el área de Manchester y en uno de ellos se llevó a cabo una explosión controlada para poder acceder a la vivienda.

"Los terroristas nunca van a ganar y nuestros valores, nuestro país y nuestra forma de vida siempre prevalecerán", añadió. La primera ministra conservadora, que ha viajado a Manchester, agregó que este ha sido uno de los "peores" atentados perpetrados en el Reino Unido y el peor en el norte de Inglaterra.

Además, la primera ministra señaló que la amenaza terrorista contra el Reino Unido se mantiene en "severa", la segunda más grave y que supone que es muy posible un atentado terrorista en el país. "Muchos niños y jóvenes están entre los 22 muertos y 59 heridos en el ataque", lamentó la primera ministra.

También destacó la respuesta de la Policía y los servicios de emergencia al actuar con "gran coraje" y siguiendo las instrucciones que habían recibido en los entrenamientos previos ante una situación como la de anoche.

Además de los 22 heridos, un total de 59 personas resultaron heridas y son atendidas en unos ocho hospitales del llamado Gran Manchester, según las autoridades británicas.

Reivindicación del Estado Islámico

En un comunicado, el Estado Islámico, que no menciona que el autor de la masacre haya fallecido, reivindica el ataque y afirma que el atentado es una "venganza de la religión de Dios" y que tiene por objetivo "aterrorizar a los politeístas", en referencia a los cristianos, y también lo justificó como una "respuesta a sus agresiones contra las casas de los musulmanes".

La nota cifró en 30 los muertos y en 70 los heridos, y amenazó con que "lo que viene va a ser más fuerte, más intenso, contra los adoradores de la cruz y sus aliados".

En su comunicado, publicado también con una versión en inglés, Estado Islámico califica de "desvergonzado" el concierto y afirma que habrá más ataques contra "los seguidores de la cruz y sus aliados", "con el permiso de Alá".

El atentado ocurrió anoche después de que un terrorista suicida hiciera explotar un artefacto de fabricación casera junto al estadio Manchester Arena. El ataque se produjo al finalizar un concierto de la cantante norteamericana Ariana Grande.

Tras notificarse la explosión, los servicios de emergencia, junto con numerosas ambulancias, se desplazaron a los alrededores del estadio, en el que se habían agotado todas las entradas para escuchar a la cantante estadounidense Ariana Grande.

Los servicios de trenes fueron suspendidos en la estación Victoria de Mánchester, que está junto al estadio, y todas las líneas se cortaron tras el suceso.

Los testigos que asistían al concierto describieron a los medios locales escenas de pánico tras escuchar una "enorme explosión" y en la red se colgaron vídeos que mostraban a la gente gritando y huyendo, y algunos cuerpos tumbados en el suelo.

Escenas de pánico en el Mánchester Arena

"Todo el mundo estaba gritando y corriendo, el suelo estaba repleto de abrigos y teléfonos móviles. La gente simplemente lo arrojaba todo", relató a la BBC Robert Tempkin, de 22 años.

La policía confirmó, por su parte, que estaba dedicando "amplios recursos" al incidente, entre ellos artificieros y expertos en ataques terroristas.

Un portavoz del estadio Mánchester Arena afirmó que la explosión en el "espacio público" cuando "la gente estaba abandonando el espectáculo".

La policía británica llevó a cabo posteriormente una "explosión controlada" en las inmediaciones del Mánchester Arena, al detectarse un objeto sospechoso, pero finalmente se constató que no se trataba de material explosivo.

La detonación se produjo en los jardines de Cathedral Gardens, frente a la estación de tren de Victoria y el recinto deportivo.

"Los agentes que llevaron a cabo la explosión controlada por precaución en Cathedral Gardens confirman que era ropa abandonada", afirmó un portavoz de la policía británica minutos después.

Las fuerzas de seguridad han incrementado la seguridad en Londres y en todo el Reino Unido se han suspendido los actos de la campaña para los comicios generales adelantados al 8 de junio.