Jonathan Castellari, jugador del primer equipo de rugby de Latinoamérica que promueve la diversidad sexual, sufrió sábado en Buenos Aires un supuesto ataque homófobo por el que tuvo que ser hospitalizado, tal y como informó la Federación Argentina LGBT (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales).

El miembro del conjunto bonaerense de los Ciervos Pampas Rugby Club, cuyo objetivo es promover este deporte sin prejuicios y como medio de promoción de la igualdad, se encontraba en la fila un local de comida rápida en el centro de la capital argentina cuando un grupo de hombres comenzó a increparle con insultos referentes a su condición sexual.

Tanto él como su acompañante "recibieron golpes por parte de este grupo de violentos", según indicó en un comunicado la federación, que agregó que el joven actualmente se encuentra hospitalizado en un centro sanitario por las lesiones recibidas.

"Desde la Federación Argentina LGBT ya estamos acompañándolos durante este terrible momento y haciendo todo lo que está a nuestro alcance para que la justicia dé una pronta respuesta y encuentre a los responsables", reza el texto difundido.

Según el documento, la institución acompañará a los afectados durante todo el proceso judicial y "hasta que los responsables sean llevados ante la justicia".

La "influencer" argentina en redes sociales Agustina Vivero denunció el caso mediante su cuenta de Twitter, en la que publicó una imagen de Castellari, al que se refirió como uno de sus "amigos de toda la vida".

En la imagen se aprecia al rugbier recostado en una cama de hospital con heridas en la zona de los ojos, uno de los cuales está cubierto por vendas, amoratado y prácticamente cerrado.

"Discriminación en el trabajo, bullying en la escuela. Salir a la calle con miedo de que te peguen, sólo por amar a alguien del mismo sexo", escribió Vivero.

Tras las innumerables muestras de apoyo recibidas en las redes sociales, el jugador ha querido escribir una pequeña carta de agradecimiento en su cuenta de Facebook:

Después de un día horrible, tirado en una camilla, lleno de cables, agujas y con un ojo cerrado y el otro vidrioso de tantas emociones, no quería dejar de agradecer cada uno de los mensajes que recibí, mensajes de aliento llenos de amor. Esos mensajes son la esperanza que me queda para seguir luchando por una sociedad libre de homofobia. Al igual que muchos tambien sueño con una sociedad diversa donde exista el respeto por el otro. Hoy me voy a dormir muy triste, angustiado y dolido, pero con un dolor que no es físico y que no tiene nada que ver con los golpes. Siento dolor en el alma porque hoy me tocó a mi vivir en primera persona eso por lo que todos los días trabajo para erradicar: la violencia, la discriminación y el machismo. “Tomá por puto”, “puto de mierda”, “si tenes tatuajes, bancatela" fueron algunas de las frases que escuche mientras 5 personas me pegaban en el piso y otras dos arengaban para que me revienten la cabeza a patadas.

De lo único que estoy convencido en este momento es que seguiré aportando mi granito de arena para que nunca más nadie tenga que vivir episodios similares.