El Dakar más duro y complicado en los 40 años de historia de la prueba no estaba siendo obstáculo para la fuerza y el pundonor de Rosa Romero, que no solo había completado una carrera perfecta, sino que se encontraba en una excelente posición 66 de la clasificación general después de haber superado días dificilísimos física y mentalmente.

Sin embargo, este martes, en la décima etapa, al inicio de la segunda parte de la especial, empezaba a anochecer para la piloto del Himoinsa Team en una de las zonas más difíciles de la carrera. A 700 metros de la salida y cerca de donde muchos pilotos se habían perdido durante el día, Rosa Romero encontró la zona llena de roderas y con la mala visibilidad, una piedra le provocó una fuerte caída.

La piloto pudo reponerse y levantar la moto, sin embargo, una de las partes metálicas del manillar de su KTM (el filo del soporte del GPS) le hizo un fuerte corte en la pierna izquierda que perforó tanto el pantalón como la protección, a la altura de la ingle y muy cerca de la vena femoral.

Lejos de rendirse, la piloto volvió a subirse a la moto y completó los cerca de 140 kilómetros que aún le restaban para llegar a meta. Sin perderse en la noche en el desierto y aguantando el dolor por la caída. Después de casi 9 horas de especial en total, Rosa Romero apareció en el vivac del Himoinsa Team con el asiento completamente lleno de sangre y una herida muy peligrosa que necesitó de ocho puntos de sutura en el centro médico de la carrera.

No obstante, la piloto se fue a descansar convencida de tomar la salida de la etapa de este miércoles, la primera parte de la maratón entre Belén y Chilecito. Pero la necesaria revisión médica de primera hora de la mañana ha recomendado que la española no tome la salida por riesgo de que la herida pueda empeorar gravemente. Triste y enfadada, Rosa Romero se ve obligada a abandonar un Dakar en el que volvía a ser una de las grandes heroínas de la carrera más dura del mundo.

Rosa Romero facilitó que este año el valenciano Jairo Segarra regresara siete años después al Dakar, para ser su mochilero. Sin embargo, el piloto de Vall d'Uixó abandonó en la quinta etapa con problemas mecánicos, en su tercera participación en un Dakar que se le resiste tras las ediciones de 2010 y 2011, que tampoco pudo acabar.

Rosa Romero regresará a España en las próximas horas para recuperarse junto a su marido y piloto de coches Nani Roma (Mini), que abandonó en la cuarta etapa tras otro accidente en las dunas donde llegó a perder el conocimientoNani Roma . Todos los miembros del Himoinsa Team desean mandarle su apoyo, agradecerle todo su esfuerzo y compañerismo y, sobre todo, expresar el máximo respeto por el valor, la fortaleza y la determinación ha demostrado durante las 10 etapas que ha completado sin cometer ni un solo error.

"Apenas quedaban dos horas de luz y me faltaban más de 140 kilómetros para llegar a meta", explica Rosa Romero en declaraciones facilitadas por el Himoinsa Team. "Sabía que estaba dentro de una zona muy complicada y no quería que se me hiciera de noche. Pero en un cruce de un río, justo al principio de la segunda especial, todo estaba lleno de roderas y aparté la vista un momento de la pista para verificar el roadbook y asegurarme que iba bien. En ese momento he golpeado una piedra que me ha hecho volar por los aires. En el golpe me quedé un poco aturdida. Al recuperarme, vi que tenía todo el pantalón roto y que me dolía mucho el aductor de la pierna izquierda. Pero me subí en la moto porque quería llegar a meta".

"Lo que pasa es que a medida que iba avanzando notaba como la sangre me bajaba por la pierna. Llegué a pensar en que debería pedir asistencia médica, pero no quería detenerme, quería llegar hasta el final o hasta que mi cuerpo aguantase. Y lo conseguí, terminé la etapa. Pero cuando vimos la herida en el campamento estaba claro que no iba a ser fácil que me dejaran seguir. Es una pena, me da muchísima rabia porque estaba aguantando el pulso a este Dakar tan difícil y bonito y estaba segura de que iba a poder llegar a Córdoba”.