Enrique Marí y su familia tratan de recuperar la normalidad tras la pesadilla que vivieron el sábado por la noche, cuando dos desconocidos asaltaron y propinaron una brutal paliza al que fue campeón de España de slalom, una modalidad de deporte adaptado en silla de ruedas, en la que brilló el valenciano, ahora con 43 años, tras numerosos títulos autonómicos y regionales. Por fortuna, los cuatro puntos en la frente además del susto en el cuerpo, son la única secuela de la agresión, y tanto su familia como él buscan una explicación para que nadie tenga que pasar un mal trago así.

Para colmo se encontraron sin ayuda policial. Fue una conocida del barrio quien acercó a Marí a casa, desde donde pidieron una ambulancia que le trasladó al hospital de madrugada parar ser curado de sus heridas. Lo han denunciado ante la Policía Nacional. También ante Delegación de Gobierno. Y el delegado de incidencias del cuerpo policial se presentó en su casa el lunes.

«Iba por la calle y de repente pasan dos personas y empiezan a pegarme sin mediar palabra», narra la víctima, Enrique Marí, tras abrir las puertas de su casa a SUPER. «De un puñetazo me tiraron al suelo, donde siguieron dándome golpes, y recuerdo que luego una amiga que pasó por ahí me acercó a casa. Pasé miedo, me aterroricé, pensé que me destrozaban. Que me iban a quitar la silla, como me tiraron al suelo, este se lleva la silla, pensé, pero no. Se fueron corriendo sin silla, ni el teléfono móvil, ni la cartera, fue hacer mal por hacer mal», añade sobre un caso que la policía investiga y que desde el domingo cuenta por decenas de miles sus visitas en Facebook, desde que su hermano Javier pidió ayuda en las redes. Su trayectoria como deportista adaptado multiplicó el alcance.

Títulos y medallas

Enrique Marí empezó a hacer deporte con 21 años, primero la boccia, «pero me aburría», confiesa, y luego hockey, natación, incluso puenting, pero el atletismo es lo que mejor se le dio y donde más se divertía, como explica Enrique Marí, su padre y fundador de la Escuela del Valencia CF, en la que trabajó desde 1970 hasta su jubilación: «Donde más ha rendido ha sido en slalom, actividad para personas con parálisis cerebral, donde se ve más el manejo y dominio de la silla de ruedas, que al fin y al cabo es lo que necesitan tener esta gente».

Entrevista con Enrique Marí, el deportista adaptado que recibió una paliza sin motivo

Entrevista con Enrique Marí, el deportista adaptado que recibió una paliza sin motivo

«La primera vez que ganó una medalla tuvo que cumplir una apuesta y afeitarse la cabeza, volvió con la medalla de plata y la cabeza como una bola de billar, ni le conocía», agrega su padre, que recuerda que su hijo «fue el primer minusválido que bajó a una mina, que hizo también el Camino de Santiago en silla de ruedas desde Roncesvalles, treinta y tantos días, y puenting... es una satisfacción verle». Hasta fue modelo para Francis Montesinos en el desfile de la Pasarela Alma en 2012.

No obstante, tras más de 17 títulos autonómicos y regionales y dos campeonatos de España en División 3ª en Pamplona y en Sevilla, con el cambio de siglo, pocos años más tarde, con 29, dejó el deporte de lado. «Lo dejó por edad, porque ya le costaba, y porque no encontraba nadie para entrenar. Es triste. Hay gente que no hace nada, y los que quieren hacerlo no pueden, y se les deja de lado. Para hacer hockey le pedían 300 euros de una licencia de deportista», critica su progenitor, que confirma que recibe la ayuda por discapacidad, «pero para el deporte nada», mientras se siente útil con la venta de cupones «en el voluntariado en la OID (Organización Impulsora de Discapacitados), por lo menos tiene una actividad y una vida».

Pero con lo que nadie contaba es en ser noticia por este ataque. «Hay cosas que no te esperas, y es increíble que le pase eso a una persona así, y que no esté atendida por la policía. Pido que no pase más, no hay derecho a esto. He sido siempre un defensor de la policía, pero es inadmisible. Hasta que no se ha movido el caso por las redes sociales nadie se ha interesado». La agresión se produjo por la noche en la zona del instituto Sorolla, cerca de la calle Santos Justo y Pastor de València.