Bettini, con ese galardón, que le estaba dando la espalda, completa su lista de grandes triunfos, pues en su amplio palmarés están también los Juegos Olímpicos, el campeonato de su país y la Copa del Mundo. Bettini recorrió los 265,2 kilómetros en 6 horas, 15 minutos y 36 segundos. El podio se completo con Zabel y Valverde, que tuvo que conformarse con el bronce cuando estaba rozando el oro debido al magnífico trabajo que realizó junto a Samuel Sánchez.

Valverde, segundo en el pasado Mundial disputado en Madrid, era uno de los grandes candidatos al triunfo, pero, en esta ocasión, los italianos ganaron el esperado duelo con los españoles. Italia y España son sin duda las dos selecciones más fuertes, como se vio durante la jornada. Pero en ese mano a mano entre Bettini y Valverde la experiencia pudo ser una de las claves del éxito. Valverde y Sánchez lanzaron muy pronto el sprint. Por algunos momentos dio la impresión de que iban a hacer doblete, pero a falta de unos cincuenta metros aparecieron dos veteranos del pelotón, como son Bettini y Zabel.

En la denominada ´ciudad de la música´ como se conoce a Salzburgo, la mejor sinfonía la interpretó Bettini, aunque en la salida eran los componentes de la selección española, como fue durante muchos kilómetros, los que iban a llevar la batuta de la orquesta del pelotón de 198 corredores representando a 42 países.

La carrera fue un calco de lo que suele suceder en casi todos los Mundiales. Un comienzo alocado con numerosos intentos de escapada de corredores modestos para acaparar el protagonismo. En esta ocasión fue para el colombiano Álex Ardila Cano, que estuvo casi dos vueltas escapado. El relevo lo tomó un pequeño grupo en el que estaban corredores de los equipos fuertes. España con Luis Pérez, Italia con Tosatto e Inocentini, Francia con Voeckler, Alemania con Schreck, Holanda con De Groot; además del búlgaro Petrov y el irlandés Roche. Intercalados durante muchos kilómetros estuvieron el polaco Robert Radosz y el checo Frantisek Rabon, sin lograr enlazar con el grupo de los fugados.

A mitad de carrera el grupo principal despertaba de su letargo y en un principio fueron los componentes españoles los que pasaron a avivar el ritmo, aunque luego se unieron franceses y holandeses para acabar con la fuga a falta de unos 30 kilómetros para la conclusión de la carrera

El Mundial entraba en su fase decisiva. Los tirones fueron una constante. El objetivo de esos ataques no era otro que mermar las fuerzas de una selección española que estuvo segura durante toda la carrera, maniobrando con soltura y arropando a su líder Valverde sin descuidar a otros, que en el supuesto de llegarse al sprint, como era Samuel Sánchez, también tenían opciones de éxito.

Buen trabajo el de los españoles durante toda la jornada, pero especialmente en la parte final, en la que protagonizaron un bonito duelo con los italianos comandados por Bettini protagonizando un final apasionante y en el que Bettini hizo valer su experiencia para decantar la balanza a su favor y vestirse de arcoiris.