Sin prisa, con calma y sin precipitación. Así está procediendo el Power Electronics Valencia dentro del mercado en este ecuador estival. Desde el club taronja están atentos a todos los movimientos que se están produciendo y a las opciones que puedan surgir, aunque contrariamente a lo que pueda parecer, tienen muy claro que el tiempo juega a su favor. Ahí es donde radica precisamente la clave del último fichaje que falta para completar la primera plantilla. Un fichaje que llegará fruto de la tranquilidad para esperar el momento oportuno y, salvo 'chollo' llovido del cielo, de la paciencia para apostar entonces por la mejor opción.

Un ejemplo de todo esto es el caso de Brad Oleson, al que los de La Fonteta le tienen echado el ojo desde hace tiempo. Y es que sin ser el ´2-3´ ideal que se está buscando —es más un escolta puro—, su calidad y capacidad anotadora le convierten en una posibilidad más que interesante, a la vez que complicada a día de hoy.

La razón es simple, al norteamericano con pasaporte español le restan tres años más de contrato con el Caja Laboral. Sin embargo, y aquí llega el matiz más importante, ni mucho menos eso significa que las puertas a su contratación estén cerradas.

Hay fórmulas que la hacen muy viable, y a eso precisamente aguardan los valencianos. Fórmulas que pasan, en todos los casos, por una rescisión de contrato con su actual club y que, en el mejor de los casos para el Power Electronics Valencia, podría producirse en no demasiado tiempo. Y es que el Caja Laboral lleva ya un par de meses pidiéndole una rebaja de su sueldo sin que hasta ahora, y como informa El Correo, el de Alaska haya dado el OK a esas intenciones. De no hacerlo en los próximos días o semanas, el conjunto vasco se podría plantear muy seriamente la rescisión de su contrato asumiendo, eso sí, la importante indemnización que debería pagar al jugador. Ese, precisamente, es el momento al que esperan en Valencia para entrar en acción.

Escolta nacionalizado, de calidad, anotador, con experiencia en ACB, libre, sin cláusulas que abonar y, además, indemnizado por su anterior club, con lo que su ficha podría bajar hasta unas cantidades asumibles por clubes como el Power Electronics Valencia o el Cajasol, que no jugará competición europea el próximo año pero que también está a la expectativa. La jugada, sin duda, parece perfecta sobre el papel en una operación que podría ponerse de cara antes de lo esperado en un primer momento.