La renovación que de acuerdo con el propio Juanfran se había «encauzado» ya antes del tema de marras vuelve a estarlo ahora después de que el club haya hablado con el futbolista y sus agentes para normalizar una situación incómoda por momentos a más no poder. Por muy puristas que se pongan haciéndose los locos unos o matizando sus palabras los otros, las bases están sentadas y por encima de enganchones. Así que a sus 37 años el actual capitán renovará con el Levante por partidos, año a año en plan vitalicio, hasta que el cuerpo aguante o él diga «basta». Eso, a menos de que todo lo que hay ahora se vaya por el aire, que será que no. Es, sin duda, la noticia del regreso a la normalidad, algo que tal vez sea imposible del todo nunca, si bien nadie habría dado un sólo euro por esto cuando hace unos meses y antes de que Caparrós lo indultara por motivos deportivos parecía igual de fumigado que los demás.

Un capitán dentro y fuera

El argumento de los motivos deportivos se ha confirmado porque es el único que sigue jugando de titular en la élite. Juanlu está en un club perdido de la Liga griega, Munúa en el banquillo de la Fiorentina pese a que tuvo oferta para renovar, Barkero en Segunda División y Ballesteros en ´Tiki-Taka´, sin equipo y enormemente dolido con el club que le tiene guardado un carguito en la secretaría técnica. Sin embargo, en el caso de Juanfran lo difícil no era seguir dando el callo sobre el terreno de juego, puesto que incluso después del follón continuó haciéndolo con Juan Ignacio hasta el accidente de Palma. Era mucho más complicado enchufarlo fuera del campo después de haber pasado por un trago tan amargo. Y en eso, pese a la encomiable ayuda del entrenador, él ha sido el gran responsable de continuar adelante como si nada hubiese ocurrido. En primer lugar estuvo a la altura cuando el técnico, llamado a ser el líder del vestuario, lo miró a los ojos y le habló sin vaselina para exigirle que diera ejemplo todos los días.Y después lo hizo al coger el toro por los cuernos antes de que sus compañeros lo reeligieran como primer capitán en Isla Canela, escenario del regreso del buen rollo a base de boleros y tropelías varias en cada rotonda. Más allá del asunto Tebas, que ya el tiempo dirá, hoy Juanfran está presente en las renovaciones de sus compañeros y en lo alto del cartel oficial. Dentro y fuera, un capitán.

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