El nuevo internacional sub´21 estaba el domingo por la mañana en la Alameda de Xátiva viendo la carrera de Márquez en la tele de un bar antes de irse por la tarde al Llosa-Utiel de la Tercera División en plan aficionado. Aún con el regusto amargo de la derrota y el penalti (y expulsión) que dejaron de pitarle en San Mamés, era un día feliz para él. Y, por supuesto, también para el Levante UD, que ya tiene en La Rojita a su joya de la corona. Sin duda, un gran premio para ambos.

La guasa del momento

Pese a que lo importante es que ya está ahí, tiene guasa que haya llegado ahora. Primero porque se lo merecía de mucho antes. Y sobre todo porque físicamente tal vez le habría venido mejor quedarse en Valencia, que es lo que estaba previsto. Eso sí, después de que el propio Rubén reconociera que lo peor ha sido el castigo «psicológico», seguro que va a venirle genial algo de airecito fresco.

El Galgo, Iborra...

Ser internacional con el Levante no pasa todos los días y si no que le pregunten al Galgo de Vallejo, que es el único que lo ha logrado en la absoluta jugando de granota. O a Iborra, que vio como mediocentros con menos méritos le pasaban por delante debido al mayor pedigrí de sus clubes. Curioso, por cierto, que igual que Iborra se estrenó en unos entrenamientos de rebote por la lesión de Míchel, Rubén lo haya hecho por la de Jesé. Sería un orgullo para los levantinistas que algún día ambos coincidieran en la absoluta con independencia de donde estén.

El plan de Lopetegui

Lopetegui llegó a tener un plan para que jugara de ´nueve´ en el Mundial sub´20, pero no se atrevió a sacarlo del cajón. Así que hay que ver ahora por dónde saldrá, pese a que en principio ha ido en calidad de mediapunta, que es donde más está poniéndolo Caparrós. Aunque fue en la banda izquierda donde mejor versión alcanzó con JIM, su auténtico valedor, lo cierto es que cerca del área tiene un potencial tremendo. La cuestión principal es que se maree lo menos posible y que sepa lo que es. Bueno, eso y que sin o con las dichosas molestias (si al final termina por acostumbrarse a ellas) recupere ya su velocidad de crucero.