Tebas elige víctima y la aprieta hasta que no respira, ya sea por las reglas de control económico (Murcia, Sporting, Getafe, Osasuna), los amaños (Zaragoza, Levante) o las dos cosas a la vez (Elche, Hércules). En plan abusón, eso sí, sólo se ceba con los pequeños. Al final, con la arbitrariedad de estas cruzadas lo que está consiguiendo es cargarse la Liga en lugar de limpiarla y que a la larga paguen justos por pecadores. Desde la óptica de que se está en puertas de firmar un nuevo contrato de televisión, ese que bien podría ser el de la venta centralizada, también devaluándola. Que vete tu a saber si por alguna oscura razón todo lo que está haciendo es a propósito. Con tantos presuntos, testigos e imputados, a día de hoy el campeonato español más que a rebufo del alemán y el inglés lo parece del georgiano. Es algo que se tiene que mirar Tebas, un tipo inteligente como pocos cuya osadía contra las cloacas del fútbol sería digna de aplauso si tratase a todos por igual y se dejara de chivos expiatorios, que es por ejemplo en lo que ha convertido al Levante. En Orriols cada equis tiempo no les llega para achicar toda el agua, aunque la intranquilidad es para los (ex) futbolistas, ya que el club es ajeno a los supuestos tejemanejes y su único castigo en caso de demostrarse que hubo delito sería el remordimiento, ya sea por mirar para otro lado o no tener ni pajolera de qué pasaba. En fin, que en una semana todo Dios al circo de testificaciones.

Ni tan malos ni tan buenos

Si no fuera por la bomba de la Fiscalía, el Levante estaría disfrutando de la victoria en Granada, donde se dio un baño de autoestima y ganó sin jugar a lo Caparrós, lo cual fue tan buena noticia como el golazo de Rubén. La vida se ve ahora de otro color, pero ni antes pintaba tan mal la cosa ni ahora todo es vino y rosas. Mendilibar, vía cónclave con los jugadores, ha dado con la tecla. La propuesta se demostró fiable, aunque hay una mochila con la que se va a tener que seguir cargando y no es otra que la poca pólvora que hay arriba. Eso sí, de aquí en adelante no hay duda de que se irá a más y que, aunque se sufra, la salvación no se escapará. Este Levante tiene mucho potencial y la cuestión es que a partir del choque de hoy ante el Rayo el Ciutat vuelva a disfrutar de la vida en vez de tanto mal rollo sin venir a cuento. Gran propuesta, por cierto, la de la Delegación de recibir al equipo. Hay que estar allí.