El fichaje de Cuero saldrá o no, pero el Levante ha empezado a recuperar la iniciativa como club y eso es sin duda una buena noticia para los intereses granotas. Que Manolo Salvador viaje a Sudamérica no es nuevo, ya que ocurre todos los años, pero sí lo es que también lo haga Quico Catalán. El empuje del presidente es sintomático tanto del interés para que la operación llegue a buen puerto como de la necesidad en estos momentos de incertidumbre de dar un paso al frente. Por un lado, si todo sale adelante, Cuero se convertirá en la apuesta más fuerte por un futbolista en la historia de Orriols, por encima de Deyverson. Por el otro, después de que Lucas Alcaraz pusiera el dedo en la llaga del elevado número de refuerzos fallidos, es una necesidad minimizar el margen de error. No significa que el club tenga que ficharlo a toda costa, pero le obliga a poner toda la carne en el asador. Que el presidente apriete in situ es necesariamente bueno con independencia del desenlace final. Y supone también un mensaje de calado después de unos meses en los que no hay duda de que a Quico se le ha visto tocado por el desgaste del pasado verano y las intrigas palaciegas post-Sarver, cuya presencia desde aquella metedura de pata en el Westin ya no es real sino psicológica. Por cierto, que acabando contrato el próximo junio, y pese a la oposición interna, Quico ha vuelto a coger de la mano a Manolo.

La medicina de los resultados

La polémica baja de volumen

En València se ha quedado Alcaraz, con la sensación en el ambiente de que su continuidad sigue colgando de un hilo. Con lo contra las cuerdas que estuvo, es muy posible que así sea, pero la realidad es que la bola de partido contra el Villarreal puso de manifiesto hasta límites insospechados el alcance de la onda expansiva que tendría un posible despido. Aunque Manolo pueda tenerle echado el ojo a algún otro entrenador, el volumen de la polémica alrededor del banquillo ha bajado, al menos hasta que el balón vuelva a rodar. No existe mejor medicina que las victorias, así que ¿por qué no soñar con una en el Bernabéu? Con Cuero, con Alcaraz, con Thomas y a la espera de la próximas novedades en la Fundación, que ocurra lo mejor para los intereses del Levante. Y es que, como siempre, si algo tiene el fútbol es que para bien y para mal nada es definitivo hasta el siguiente partido.