Ni éxito ni fracaso. Lo de Cuero es una pena. Jamás debería volver a pasar, nunca, que el Levante haga una inversión tan fuerte para dejarla muerta, que es lo que ocurrió cuando de buenas a primeras Rubi se lo cepilló por su anarquía táctica. El fichaje más caro en 106 años de historia ha acabado siendo también, pese a irse por la puerta de atrás, una de las mayores ventas „en concreto, la sexta„. No ha demostrado valer lo que costó, cierto, pero tampoco se le ha dejado. Siete meses después es como si hubiese estado de alquiler. ¿Que se ha perdido dinero? Pues sí, pero para lo que podría haber sido, muy poco. Gracias a la aparición en escena de Boca Juniors, sin duda oportuna, prácticamente nada. Cuero no era Maradona pero se le podía haber sacado más provecho deportivo y a la larga una plusvalía económica, aunque tal y como estaban la cosas es el mejor final. Con él desaparece, todo sea dicho, una herencia molesta y un jugador que no pegaba con la transformación en marcha. Santos Laguna, gracias.

Ojo con las salidas sorpresa

Entre salidas, el Levante ha cogido velocidad de crucero. Con el omnipresente Carmelo, activo por aquí y por allá, el primer equipo empieza a tener forma, amén de un sello de autor. A la espera de los últimos retoques, tal vez los mejores, bastantes de las primeras opciones están ya en la saca. En especial dos como Espinosa y Postigo, considerado por muchos como el mejor central de la categoría „y que a lo tonto saldrá por casi medio millón de euros si se asciende pese a venir de un Segunda italiano„. También importantes, sin embargo, son las salidas, si es que finalmente se producen, de Camarasa a Simao pasando por los dudosos. Habrán sorpresas y sean en forma de cesión o traspaso ojalá salgan igual de rentables que las de Cuero o Deyverson.

Tito, una cuestión de valores

Se mueve el primer equipo y lo hace todo el club, en particular la cantera, donde al director deportivo no le duelen prendas a la hora de arremangarse. En este sentido, la política de Tito con los chavales ya se ve en buenos detalles como los que se han tenido en el adiós de Álex Forés, el goleador del cadete a por el que ha venido el Madrid, todo un puntazo para el club y el trabajo de Salavert. Aunque para detalle, el que Tito ha tenido con su propio hijo, el internacional Álex Blanco, uno de los sub-17 más prometedores de su generación. Finalizada su etapa en el Barça, por su fichaje han estado pujando, entre otros, Valencia y Levante. Y siendo el responsable deportivo granota, ojo a este dato, Tito ha tenido la dignidad de apartarse y darle libertad para que eligiera. En contra de los intereses profesionales de su padre, que cuentan que ha pasado realmente un mal trago de cara a su actual club, Álex ha elegido volver al Valencia. Sin duda, una cuestión de valores.

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