El discurso oficial es el que toca, el del partido a partido. Es también el que, lo digan Tito o Muñiz, tiene que prevalecer en el vestuario. Y el que el club, pese al lema del «contigo volveremos», debe respaldar oficialmente. Sin embargo, lo que debemos exigirle al Levante los que estamos fuera es que ascienda. Que lo haga partido a partido, de de dos en dos, de tres en tres o en bicicleta, pero que a final de temporada le lleguen los puntos. ¿Presión? Claro, toda. Si luego por una de esas no le alcanza ya se verá porqué ha sido, pero coartadas las justas porque se empieza dando por bueno un descenso con el que se han esfumado 40 millones y se termina vete a saber cómo. Eso de que al Levante le viene bien estar en Segunda es una chufla. El fútbol español ha cambiado tanto que a día de hoy el granota es de sobra uno de los 20 mejores clubes en cuanto a organización y profesionalidad, así que lo de ser desde la jornada dos con el liderato el «rival a batir», como escribía ayer Gabi Salinas, es desde luego un orgullo.

Una cantera con buena pinta

Plantel de Segunda y Primera

Ante la presión hay que crecerse y actuar con cordura y desde luego eso es algo que los nuevos responsables deportivos están haciendo. A expensas de los resultados, a la planificación pocos ´peros´ se le pueden poner, si acaso sólo en defensa. Tito, que se ha ganado por méritos propios un voto de confianza, ha hecho la mejor plantilla posiblemente de Segunda y con contratos a medio y largo plazo también una que está perfectamente capacitada para hacer camino en Primera con unos pocos «retoques», tal y como él mismo reconoce. Las miradas están puestas arriba, pero lo cierto es que por abajo también se han hecho bien las cosas. El filial tiene en plantilla a seis juveniles del División de Honor „y eso que iban a ser más, pero tanto riesgo se no ha querido correr„, a tres cedidos en Segunda B y a un internacional sub-21 que ha aterrizado by the face.

Preconvocatoria y ofertón

Ojo con lo que pasa con lerma

Por si alguien tiene dudas del nivel de la plantilla ahí está el caso de Lerma, que se quedó el domingo en la grada con una preconvocatoria para la absoluta que no llegó a trascender y otra oferta rechazada. A ver cómo se las arregla ahora Muñiz y a quién quita del centro del campo.

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