El otro día, viendo (¡qué remedio!) el peñazo de los #Premios LaLiga, nos pusimos a pensar en cuando el año que viene le den a Muñiz el de mejor técnico de Segunda División. El asturiano, que para entonces ya estará en Primera, subirá al escenario, porque por supuesto irá a recogerlo él y no un mandado. Y dirá que «gracias», pero que todavía no va a celebrarlo «porque la gala es larga y de aquí al final aún pueden quitármelo».

El técnico del Levante está en un extremo totalmente opuesto a lo que era Caparrós. Para lo que podría ser lo cierto es que se vende poco y mal, algo que explicaría en buena parte porqué estaba medio perdido en el Alcorcón en lugar de entrenando en la élite. Lo del postureo no va con él y el pasado lunes segurísimo que habría preferido quedarse en casa viendo videos del Getafe en vez de los de la movida madrileña que pusieron los de LaLiga. Algo bastante parecido ocurrió cuando al poco de llegar al Levante fue el primero en marcharse de la famosa entrada de toros a Segorbe, una visita casi obligada desde hace ya bastantes años para la cúpula del club.

De Garitano a Pepe Bordalás

Hablando de la dichosa gala, hay que reconocer que los que más la agradecieron fueron los clubes de Segunda División y ya no por la superpoblación que presentó el Levante en la foto de familia, nunca mejor dicho, sino porque verdaderamente fueron los que pusieron en valor los premios que se repartieron. Uno de ellos fue para Campaña, mejor centrocampista de la temporada pasada, lo que vuelve a hablar bien a las claras del acierto en su fichaje. Por cierto, cuentan que en los pasillos y en el movidísimo photocall a los granotas les decían sus rivales que «basta ya de abusar». Y es que la victoria contra el Mirandés por 0-3 ha dejado huella en la categoría y a día de hoy nadie tiene dudas sobre quién es el favorito al ascenso. Eso sí, copiándole el discurso a Muñiz, confianzas las justas y más en vísperas de recibir al Getafe, un equipo que impone no tanto por el presupuesto como por el nuevo inquilino de su banquillo. Aunque el premio el otro día se lo llevó Garitano, desde luego merecido, tampoco habría pasado nada si se lo dan a Pepe Bordalás.

La buena idea del afterwork

El del miércoles fue el primer Afterwork, una saludable charla post-curro con aficionados. Pero crucemos los dedos para que no haya sido también uno de los últimos. En los tiempos que corren eso de que no haya filtros para los jugadores como que no se termina de llevar bien en los clubes. Sin duda, el objetivo por parte de la Delegación de Peñas es bueno y debería tener muchísima visibilidad para que cada vez sean más los que se apunten.

Más artículos de opinión de Rafa Marín, aquí.