No va a pasar, pero quedarse sin Muñiz sería para darse de cabezazos contra la pared. Y fuertes. De los muchísimos aciertos que «partido a partido» están precipitando el ascenso, su elección para el banquillo fue el primero y más grande. Es un técnico que ha venido como un guante para una transición dulce que ya la habría querido Del Bosque para la Roja. Y, sobre todo, una garantía de estabilidad en un club donde nadie repite desde el gran Juan Ignacio Martínez. Así que, con más de medio cuerpo en Primera, Muñiz no sólo es la persona idónea para liderar el proyecto de la próxima temporada sino que ya tardan en moverse y que como mínimo lo sea hasta 2019, fecha de caducidad del ciclo deportivo a tres años por el que transita ahora mismo la entidad. Ese año, faltan dos, es cuando caduca el mandato de Quico y por extensión también los contratos de Tito y Carmelo. Por tanto, lo que tocaría es que Muñiz fuese a la misma par. Conociendo al asturiano, que cumplió su palabra pese al ofertón con el que lo tentó el Rayo, no habrá problema para que se ejecute la renovación automática por el ascenso. Y tampoco será excesivamente arduo prolongar más. Eso sí, conociendo también sus valores y que no quiso saber nada de nadie hasta que no acabó la temporada con el Alcorcón, habría que verlo negociando sin haber conseguido el objetivo... Fue injusto, por cierto, que el otro día lo llamaran «pesetero» en la que fue su casa. Entre otras cosas porque el Levante va a tener que pasar por caja y además hacerlo bien una vez que se consume el regreso a Primera. Tanto por el técnico como por el fichaje de Chema hay que aflojar la mosca.

Campaña, genio de la lámpara

Como no podía ser de otra manera, el Levante se está posicionando en el mercado y precisamente por eso no estaría de más protegerse de cualquier riesgo de fuga. Que sí, que no va a pasar, pero de aquí ya se fue Luis y dio el plantón Caparrós, por lo que mejor será ir haciendo camino y que esos futuribles sepan a ciencia cierta con qué se van a encontrar. Algo, por supuesto, que vale también para todos los que tienen que seguir, entre ellos uno tan especial como Campaña, protagonista de la semana por su recuperación supersónica, una buen noticia propiciada a partes iguales por sus ganas de jugar y la buena gestión médica de su lesión. El ex de la Sampdoria es uno de esos fichajes que llevan el sello innato del míster, que no en vano ha sido el único que ha sabido frotar la lámpara y sacarle el genio que lleva dentro. Ahora solamente falta que tanto en su caso como en el de Muñiz ambos respondan a las expectativas y cuando el equipo vuelva a Primera confirmen que no sólo eran muy buenos para estar en Segunda.

Más opiniones de Rafa Marín.