Ningún millonario está en la lista Forbes por el fútbol y Peter Lim, que encima ha perdido puestos, es un ejemplo de ello. Salvo contadas excepciones, no hay ricachones, y menos los que apadrina Tebas en LaLiga, capaces de trasladar con éxito su modelo de negocio. Da igual si para Forbes suben o bajan, que los equipos de los que se apropian a golpe de talonario siempre están peor clasificados. De la teórica panacea financiera no hay nada y a la postre, si no fuera por los sufridos aficionados, tampoco quedaría nada de la moral. Todo esto, que ya va, para llegar al partido de hoy contra el Mallorca de Robert Sarver. Un magnate del que, a la espera aún de cómo salga de esta Lim con el Valencia, a toro pasado ya puede decirse que ha sido de lo peorcito que le ha ocurrido al Levante.

En un verano en el que se miraba hacia Singapur con más esperanza que decepción, muchos levantinistas pusieron sus ojos en Arizona y en la oportunidad supuestamente histórica de darle las llaves al americano. Alguien que como aspirante que se precie no sólo era empresario sino también un gran filántropo. Con la cabeza en otra parte y una fractura social de las guapas, aquella aventura terminó precipitando el descenso. Un trauma que por lo menos ha servido para agitar conciencias, para encarar el futuro de otra manera y para mirar con alivio lo que ocurre ahora en Palma. Un año después del aterrizaje de Sarver, al que por la isla apenas se ha visto tres veces, los bermellones coquetean con bajar a Segunda División B y la actualidad no gira sobre Steve Nash precisamente.

Los candidatos de Florentino

Son muchos los motivos por los que estar en la lista Forbes es garantía de poco a la hora de coger las riendas de un club de fútbol. Se trata, sin duda, de un negocio demasiado específico como para aplicarle verdades universales con sus mil y un intangibles. Antes de iniciarse la deriva, en la mejor época de su historia al Mallorca le fue mucho mejor con Mateo Alemany, el 'amigo' de Villarroel. Un ejecutivo que funcionó cuando tuvo mando en plaza y que rechazó irse al Real Madrid a sabiendas de que Florentino Pérez no era el dueño pero se comportaba como si lo fuera. Algo parecido, aunque lo siga negando, a lo que le pasó a Quico, tanto cuando sonó para director general de Florentino como cuando Sarver iba a blindarlo quién sabe verdaderamente durante cuánto tiempo.

Buenos gestores deportivos

Quien quiera encontrar buenos gestores deportivos para su club que no se pase por la lista Forbes. Mejor poner el ojo en ejemplos tan cercanos como el del Levante de Manolo Salvador y el de ahora con Tito.

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