Lo llaman suerte, incluso algo peor, pero es destreza y disciplina a la hora de negociar. Cuando se trata de vender, Quico Catalán es único apretando operaciones. Porcentaje por aquí, variable por allá y, voilà, más de 12 millones de euros por dos tíos a los que Muñiz no quería ver por Buñol ni en pintura. El presidente está on-fire, aunque lo de vender a precio de oro ha sido en él una constante desde que en 2009, el año de su bautismo, le colocó al Racing a Geijo por 1,8 millones de euros fijos más hasta 400.000 opcionales y el 15 por ciento de un futuro traspaso. Que Quico es exasperante en las negociaciones lo sabe todo el mundo menos el agente de Deyverson, que el pasado martes se fue del Ciutat pegando portazo después de haber llegado todo chulo con una oferta, cuentan, que no llegaba ni a la mitad de lo que a la 1de la mañana del día después terminaría pagando el Palmeiras. Aunque de manera póstuma, otra superventa también para el haber de Manolo Salvador, una de las pocas personas a las que Deyverson se fue dando las gracias.

Vender y comprar

Lo dicho, Quico aprieta las negociaciones para vender, pero es que lógicamente hace lo mismo para comprar y eso es algo que tiene el inconveniente de que a veces las acabe reventando. He ahí el porqué de algunos de los jugadores que a lo largo de los años se han escapado sobre la bocina, entre ellos el ínclito Bryan Ruiz, que desde entonces nunca ha dejado de sonar. El saldo, en todo caso, es claramente positivo. Lo admite así hasta Villarroel, que últimamente se gusta dejando puyitas en el Face y reuniendo a su vieja guardia a comer y rajar.

Empujón

Ahora que Tito vuelve a estar plenamente operativo en el club tras unos días de ausencia y que Carmelo continúa poniendo velocidad de crucero en las renovaciones y mejoras de contrato, es momento también para darle un buen empujón a la planificación deportiva. De momento se ha fichado a Luna y a Álex Alegría, que para empezar no está nada mal pero que van sabiendo a poco. Pese a que en los mentideros se comenta que el próximo refuerzo está ya a punto, aun así todavía queda mucho por traer y también por sacar de una plantilla en la que no van a caber todos los que están ahora mismo y en la que se antoja más que necesario reinvertir en un par de futbolistas que den un salto de calidad real en Primera División. En especial con un delantero del máximo nivel posible, no necesariamente con una ficha tan alta como la de Adrián Ramos pero sí con el bagaje y la autoridad que un jugador como el cafetero representa en el área.

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