En una temporada para olvidar, lo mejor que le ha pasado al Levante ha sido Paco López, el entrenador con el que dentro de poco, y más todavía si este domingo se gana la finalísima, vamos a celebrar la permanencia virtual. Más allá de los resultados, que encima son buenos, el entrenador de Silla se ha ganado el derecho a quedarse en la élite, sea en Orriols o en otro estadio. Porque, pase lo que pase cuando acabe su periodo como interino, su sitio ya no es el fútbol de bronce. No debería. Habrá que ver a quién corresponde la decisión, si al Consejo o a la dirección deportiva de turno, pero todo apunta ahora mismo a que el destino ha puesto en el camino a ese técnico al que tanto tiempo llevábamos todos esperando.

Buenos, malos y ni fu ni fa

Si algo han demostrado los tres partidos que lleva Sampacoli en el banquillo es que, como escribía al principio, la temporada es para olvidar. Si nada vuelve a torcerse, y eso que ahí sigue la plaga de lesionados para hacerlo más difícil todavía, el Levante va a salvarse con jornadas de antelación en una de las Ligas más baratas de la historia. Teniendo en cuenta lo apurados que nos hemos llegado a ver hace nada, alabados sean el Málaga, el Dépor y el Las Palmas... Pero salvarse es lo mínimo para un equipo que, quitando excusas de aquí y de allá, estaba en disposición de haberlo hecho todo de una manera más aseada, tal y como se vio el pasado sábado en Montilivi contra un Girona también recién ascendido y a tiro de Europa. Fichajes ha habido buenos, malos y que ni fu ni fa, pero el problema en realidad ha sido más el tiempo perdido en imposibles, el alejamiento de la exitosa idea de una plantilla ajustada a la categoría y al entrenador y, lo último, haber cerrado los ojos desde Anoeta a la realidad de que hacía falta un punto de inflexión en lugar de alargar tres partidos la agonía. Ahora, mirando al futuro, la cuestión es decidir qué hacer. Ya. Y, a poder ser, no repetir errores.No es en junio, es en abril

Sí, el Consejo está cometiendo un error al posponer el futuro de Tito y Carmelo a final de curso porque es en abril, y no en junio, cuando se empiezan a construir las plantillas. La tesitura exige una decisión. Si continúan, que sea respaldados y con todas las de la ley. Y si no, más vale cortar de raíz que a lo Muñiz. Deportivamente no se puede volver a fallar desde el principio.

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