El sector de la automoción y todas sus ramificaciones están experimentando una rápida transformación

. Cuando aún no nos hemos acostumbrado a nuevos anglicismos, entran en escena otros que dan nombre a tendencias, prácticas y negocios que se asientan con la misma rapidez. Uno de ellos es el ´car sharing´, es decir, el coche compartido.

Las empresas que prestan este servicio alquilan su flota de vehículos por periodos limitados de tiempo permitiendo así el uso de un mismo coche por parte de varias personas. Y lo hacen de una forma muy sencilla y aprovechando todas las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías.

Mediante una App móvil se puede realizar el registro y cerrar la contratación. Un teléfono y un código de desbloqueo son suficientes para acceder al coche y hacer uso de él durante el tiempo que se necesite. Hay compañías que exigen devolver el vehículo en su estación base y otras que dan más libertad a la hora de dejarlo estacionado. A final de mes, según los minutos o kilómetros acumulados, la compañía emite una factura. Así de simple.

¿Ventajas? Muchas. Muchas y necesarias en nuestras ciudades que sufren a diario el acuciante problema del tráfico. La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) considera que cualquier política de movilidad urbana debe promover el ´car sharing´ y favorecer su despliegue porque ofrece una oportunidad de transporte flexible. Calcula esta asociación que por cada coche compartido que circula por nuestras carreteras se reemplaza una decena de vehículos privados.

Este sistema de alquiler permite aprovechar los ´tiempos muertos´ en los que el coche está aparcado. Es ideal para un tipo de conductor ocasional e incluso para aquellos que no lo utilizan demasiado. Algunos especialistas señalan que el coche compartido es más rentable que uno en propiedad para quienes hacen entre 10.000 y 12.000 kilómetros al año. La Asociación Española de Car-Sharing va más allá y eleva ese punto de equilibrio hasta los 15.000 kilómetros.

¿Peligro u oportunidad para el sector?

La consultora PwC ha realizado un informe titulado ´Eascy: las cinco dimensiones que transformarán el sector de la automoción´ en el que prevé que el transporte compartido y la digitalización va a transformar "drásticamente" el sector automovilístico de aquí y hasta 2030. Por citar sólo algunos datos de su extenso estudio, augura que la consolidación del ´car sharing´ tendrá dos contradictorias consecuencias.

La primera es la que más temen los fabricantes: el parque automovilístico se reducirá en Europa un 25% de aquí a los próximos 12 años: de los 280 millones actuales a 200 millones. Sin embargo, el número de matriculaciones aumentará un 30%: de 18 a 24 millones. ¿Es posible que con menos coches circulando se multipliquen las matriculaciones? Sí, porque al usarse de forma mucho más intensiva (el número de kilómetros anuales pasará de 3,7 a 4,2 billones en 2030) se renovarán con mucha más frecuencia.

Como sucede con el rénting, para que el ´car sharing´ se convierta -como prevén los expertos- en una práctica común entre los conductores, debe haber un importante cambio en su mentalidad. Principalmente, anteponer aspectos prácticos y una conciencia medioambiental al sentido de propiedad que aún tenemos tan arraigado.

El usuario tipo del ´car sharing´ es eminentemente joven. Iván Segal, director general de Renault Iberia, afirma que el 60% de los clientes que contratan este servicio entre las tres principales compañías que operan en Madrid son ´millennials´. Car2go, la empresa con mayor número de usuarios en la capital, señala que la edad media se sitúa entre los 26 y los 49 años, aunque se ha apreciado un pequeño aumento de clientes que superan esa horquilla de edad.

Un negocio al alza

El coche compartido es un servicio por el que han apostado compañías de muy diversa índole. Estudios de mercado al margen, da fe de su potencial el que algunos de los principales fabricantes se hayan lanzado a participar del negocio. La mayor parte lo han hecho de la mano de otros socios capaces de aportar una ventaja en cualquiera de los ámbitos que intervienen en él: especialización en servicios de alquiler, disponibilidad de plazas de aparcamiento o empresas energéticas. El mejor ejemplo de ello es car2go de Daimler y Europcar, la primera compañía de estas características que, sólo en Madrid, ha roto la barrera de los 200.000 usuarios. En el último año -empezó a operar a finales de 2015- creció un 41 y su flota de 500 vehículos Smart eléctricos ha recorrido ya más de 10,3 millones de kilómetros. Otras empresas de ´car sharing´ con una fuerte implantación en nuestro país son Emov (PSA Citroën Peugeot y Eysa) y Zity (Renault y Ferrovial).