El Valencia Open 500 no tuvo el estreno deseado. Una tromba de agua fue la responsable de que la gente no se acercara a la Ciudad de las Artes y las Ciencias para disfrutar de una jornada lúdica en el Fun Park y de que algunos partidos tuvieran que ser aplazados por culpa de unas inesperadas goteras que aparecieron en el techo del Ágora y en la pista del Museo.

El partido más perjudicado por las goteras fue el que abría la fase de clasificación para el cuadro final del torneo y que enfrentaba al valenciano David Estruch y a Igor Kunitsyn con victoria para el segundo por un rotundo 6-1 y 6-2.

No es la primera vez que las goteras estropean el espectáculo en el Ágora. En la primera edición del torneo en 2009 ya sucedió lo mismo y en la Campus Party que se celebró en el mismo recinto también. Esto se debe a que la estructura del edificio no está completamente terminada y por eso la lluvia se cuela dando lugar a las molestas goteras.

La organización se apresuró en secar la pista para que el partido pudiese reanudarse lo antes posible y ya no hubo más problemas durante la jornada. El resto de partidos pudo disputarse con normalidad aunque con el retraso que provocó el aplazamiento del primero. Pero la lluvia no solo fastidió a los jugadores del primer partido, también a todos los aficionados que tenían pensado pasarse por el recinto para además de ver el tenis disfrutar de las actividades de la zona de ocio Fun Park.