Pablo Andújar logró la más rocambolesca victoria de su carrera deportiva. Rescatado de la fase previa tras el abandono del francés Gael Monfils, el español tomó un avión desde Valencia a primera hora de la mañana, venció retrasos y atascos para presentarse un cuarto de hora antes de la hora límite en el torneo. Y, además, logró imponerse en su partido y acceder a segunda ronda del torneo. Increíble, pero cierto.

"Es algo increíble, uno cree que hay un destino para todo, nunca me había pasado algo así", afirmó el español minutos después de vencer en la primera ronda del torneo de Bercy, el último Masters 1.000 del año, al canadiense Vasek Pospisil por 6-4, 2-6, 6-4.

La historia comienza así. Derrotado en la fase previa, Andújar decidió abandonar el pasado domingo París para cuidarse el codo de su brazo derecho que le venía dando problemas. Estaba ya en Valencia, tranquilo, había desconectado su teléfono móvil y estaba a punto de quedarse dormido cuando se produjo una cadena de eventos que desembocaron en su triunfo en París.

"Estaba viendo la tele con mi novia y me di cuenta de que no había puesto la alarma del móvil para ir a los análisis. Cuando lo encendí vi un mensaje de la ATP diciendo que entraba en el cuadro final", recordó el tenista.

Monfils declaró su baja muy tarde ayer lunes, lo que le daba la opción de entrar en el cuadro final, a condición de que llegara al torneo antes de las 10.30 de la mañana de París.

Andújar decidió probar suerte. De madrugada, se dirigió en coche al aeropuerto, tomó un avión a las 7 de la mañana. A las 9.15 aterrizaba en el Charles de Gaulle y comenzaba una carrera contra el reloj.

Los atascos de París pusieron intriga a la aventura, pero finalmente eran las 10.15 cuando se presentó en Bercy.

Salvada la primera peripecia, Andújar tuvo que tomar varios calmantes para poder superar el dolor en el codo.

A las 13:00 horas el español saltaba a la central de Bercy para medirse al canadiense Pospisil, 32 del mundo, 18 puestos mejor que el español, uno de esos cañoneros que si les funciona el servicio sacan de la pista a cualquier rival.

"Yo no tenía nada que perder, había dado mi temporada por terminada y de repente tenía una nueva oportunidad. Haber ganado este partido me parece, con todo lo que ha sucedido, increíble", aseguró.

El español demostró capacidad de sufrimiento. Atendido en varios momentos por el masajista por los dolores de su codo, fue trampeando el partido.

"Al principio del segundo set el dolor era mayor. Hasta ese momento podía sacar correctamente, pero en el segundo jugaba más con su saque. Luego me he recuperado un poco", dijo.

Dos horas y 20 minutos después de iniciarse el encuentro, tras haber marrado tres bolas de partido, Andújar logró alzarse con la victoria, que celebró de rodillas en el centro de la moqueta de Bercy, "como una de las más importantes" de su carrera.

Su historia en este torneo de París se parece a un cuento de hadas y, la próxima madrastra es el checo Tomas Berdych, sexto favorito, ganador en París en 2005 y verdugo del conquense este año en Pekín.

"Qué queréis que os diga, el favorito es Berdych. Yo me conformo con disfrutar, con jugar con el menor dolor posible, pero todo está en mi contra", afirmó, resignado, el jugador.

"En otras circunstancias podría decir que voy a por él, pero tengo el brazo fastidiado, así que lo único que podré hacer será dar el máximo y disfrutar", agregó.

Andújar dedicó el triunfo a sus padres y a su novia. A ésta dedicó la primera llamada tras el triunfo. Para compartir con ella la alegría, pero también para recordarle que ha dejado el coche en el aeropuerto pensando que volvería esta misma tarde.