Nueve meses después de poner fin a su relación profesional con Javi Piles -con quien estuvo entrenando durante 15 años-, David Ferrer ha vuelto a dar un giro en su etapa deportiva rompiendo con el que ha sido su entrenador en 2014, José Francisco Altur.

El de Xàbia, número 5 de la ATP, no ha acabado de encontrar sus mejores sensaciones en estos meses a pesar de haber ganado el torneo de Buenos Aires y de haber llegado a las finales del Masters 1.000 de Cincinnati y del torneo de Hamburgo y ha considerado que debía probar un nuevo cambio de aires.

Eso sí, de momento Ferrer no tiene prisa por encontrar un nuevo entrenador, ya que ha empezado a trabajar con su hermano Javier y sigue contando a su lado con el trabajo del preparador físico Miguel López Maeso y de su fisioterapeuta Rafa García, uno de los que le acompañará en los próximos torneos junto a su hermano y a su agente, Albert Molina.

Por otra parte, Ferrer ha cambiado su lugar habitual de entrenamiento en Silla para trabajar ahora en el Sporting Club de Tenis de Valencia y, ocasionalmente, en Xàbia, donde ha empezado a preparar ya la próxima gira asiática que le llevará a China, Tokio y Shanghái, donde se jugará muchas de sus posibilidades de entrar entre los ocho mejores del año para disputar la Copa Masters de Londres en el mes de noviembre.

De momento, ha tenido un pequeño respiro al no haber jugado la Copa Davis, a la que renunció por cansancio y por el hecho de tener que cambiar de superficie de pista en un tramo final de la temporada.